El primer temporal de lluvia y viento del otoño azotó ayer la zona mediterránea peninsular, con fuertes lluvias sobre todo en Cataluña, y las Islas Canarias, donde un hombre de 53 años que resultó el viernes herido por el impacto de una plancha metálica que derribó el viento falleció ayer. El incidente, en el que también se vio implicada una mujer, ocurrió en Las Palmas de Gran Canaria.

Este fue el suceso más grave ocurrido a causa del temporal en Canarias, que ayer por la mañana amaneció con cinco de las siete islas en alerta roja --máxima-- por riesgo extremo de viento, una alerta que se redujo a lo largo del día a naranja (riesgo importante).

Todas las islas sufrieron vientos de hasta 100 kilómetros por hora, que provocaron cortes de luz, suspensión y retrasos de vuelos y de comunicaciones por mar, y la caída de árboles, vallas publicitarias, cascotes de fachadas o de adornos de Navidad. En algunos puntos se registraron vientos aún más intensos: como en Izaña (Tenerife), a 2.371 metros de altitud, donde se contabilizaron rachas de hasta 175 kilómetros por hora y una temperatura máxima de 2,3 grados.

Esta situación climatológica adversa en toda la península se debe al paso por el entorno de varios centros de bajas presiones, con precipitaciones abundantes y vientos intensos que ayer afectaron, en uno u otro momento, a casi toda España. Pero que sobre todo incidieron más en Canarias y Cataluña, donde las cuatro provincias amanecieron en alerta naranja o amarilla por riesgo de precipitaciones y vientos.

En Cataluña, el temporal dejó precipitaciones de más de 100 litros por metro cuadrado. Y los caudales de los ríos Ter y Llobregat aumentaron de tal manera que corrían el riesgo de desbordarse e inundar las zonas próximas. Estas lluvias dejaron acumulaciones de agua importantes en Gerona y el área del Ebro.