Un gran incendio forestal afecta a tres municipios y varias aldeas del centro de Portugal, donde ha quemado en dos días unas 8.500 hectáreas y ha causado 20 heridos, pese al despliegue de 800 bomberos y una quincena de medios aéreos.

El principal fuego se declaró el sábado en Vila de Rei y se extendió al municipio vecino de Maçao, y es ya el más complicado del verano en este país. Ayer por la tarde, Protección Civil dio por controlado el 85% del área del fuego, cuyo perímetro superaba los 50 kilómetros. La previsión meteorológica de estos días tampoco es muy favorable.

«Nos espera un intenso trabajo», explicó el comandante Luis Belo Costa, quien lamentó que el aumento de las temperaturas y la dirección del viento dificulten los trabajos de extinción. Aunque las autoridades no han querido facilitar datos sobre la superficie afectada por las llamas, el Laboratorio de Fuegos de la Universidad de Trás-os-Montes calcula que ayer se habían quemado unas 8.500 hectáreas.

Las llamas motivaron el desalojo de varias aldeas en Vila de Rei, Maçao y Sertá, y causaron un total de 20 heridos -ocho bomberos y 12 vecinos-, aunque solo uno de ellos se encuentra en grave estado y tuvo que ser trasladado a la unidad de quemados de un hospital de Lisboa, donde acudió a visitarlo el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo.