El tráfico ilegal de personas es un negocio de dimensiones gigantescas. Las principales rutas están en Asia, pero a nosotros se nos hacen más visibles las que buscan el Norte desde Africa. Ahora que Marruecos colabora en esta lucha aparecen nuevas rutas que nos demuestran que el asunto debe abordarse en toda su complejidad.

La acción policial entre diferentes países debe incrementarse y mejorarse, pero por sí sola no reducirá el tráfico. Deben invertirse más esfuerzos y recursos en la negociación con ciertos países (Nigeria y Sierra Leona entre otros) porque, como ha señalado la Comisión Europea, hay que partir de la base de que el control de la inmigración va en contra de sus intereses, y hay que darles compensaciones consistentes si queremos su colaboración. Sin olvidar que abrir canales legales de inmigración accesibles es uno de los medios más eficaces en esta lucha contra el tráfico ilegal de personas.

*Responsable de inmigracióndel CERES (CCOO).