Denny, una mujer que murió hace unos 50,000 años, era mitad neandertal y mitad denisovana. Así lo determina el análisis genómico de un hueso descubierto en una cueva siberiana. Un hallazgo que convierte a esta hembra en el primer híbrido conocido entre dos especies de humanos extintos.

«Encontrar una persona de primera generación de ascendencia mixta de estos grupos es absolutamente extraordinario», destaca el genetista de poblaciones Pontus Skoglund del Instituto Francis Crick, en Londres. «Se trata de una gran ciencia junto con un poco de suerte», bromea el investigador. El hallazgo, publicado ayer en la revista Nature, es fruto de los esfuerzos de los grupos de investigación de Viviane Slon y Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania).

Teniendo en cuenta los patrones de variación genética en humanos antiguos y modernos, ya se sabía que los denisovanos y los neandertales debían haberse apareado entre sí. Pero hasta ahora nadie había encontrado la descendencia de aquella primera generación de parejas. Una evidencia tan cercana se encontró en el ADN de un espécimen de Homo sapiens que tenía un antepasado de Neandertal dentro de las 4-6 generaciones anteriores.

El reciente hallazgo se llegó gracias a un fragmento de hueso hallado en 2012 en la cueva de Denísova (Siberia) por investigadores rusos. «Un aspecto interesante es que nos permite aprender cosas sobre dos poblaciones: los neandertales por parte de su madre y los denisovanos por parte de su padre», dice el coautor del estudio Mafessoni.