Ni al diseñador Tom Ford, el gran tahúr del márketing, le habría salido una jugada más estruendosa. A los cinco días de que la colección de Karl Lagerfeld llegara a 500 tiendas de H&M en todo el mundo, el creador alemán se ha descolgado con que "no tiene ningunas ganas" de volver a trabajar para el goliat sueco de ropa económica.

Su decisión ha sido más inesperada por sus formas de traca fallera que por su contenido. Al fin y al cabo, la unión entre Lagerfeld y H&M se ceñía a una sola colección de edición limitada. Pero lo que en principio no estipulaba el contrato es que el kaiser de la moda se iba a despedir de sus socios despachándose con casi todo.

En la revista alemana Stern, el diseñador de Chanel y Fendi afirma que H&M "no produjo suficientes prendas y se pusieron a la venta en la mitad de las tiendas" (con lo que eso ha alentado a las carreras para comprar lagerfelds a 40 euros). "Han hecho esnobismo desde el antiesnobismo", añade el modisto en la revista.

El segundo motivo es de provocador sin escrúpulos. Lagerfeld considera que las tallas de H&M (de la 34 a la 44) son demasiado grandes: "Yo diseñé ropa para gente esbelta". Quizá en un brote de amnesia, no recordaba que en el Vogue de este mes decía que no sólo las sílfides podrían vestirse de H&M.

En medio de la tormenta, en la sede de H&M en Suecia no salían de su asombro. Anna Carin Bjorne, relaciones públicas internacional de la casa, aseguró a este diario que estaban "muy sorprendidos" con las palabras-torpedo del diseñador. "Toda la estrategia del lanzamiento, desde la producción hasta las tallas y la distribución, la hablamos con él", afirmó Bjorne.

"No entendemos qué ha pasado --afirmó la portavoz--. Quizá más adelante podamos averiguar la verdad". Roces aparte, la portavoz de H&M asegura que la casa está "extremadamente contenta con el éxito mundial" de la campaña de Lagerfeld. Por la "satisfacción" que han dado a los clientes y por "la gran respuesta" que han obtenido de los consumidores, que se han lanzado sobre los lagerfeld a ritmo de batida. En París los diseños volaron en un cuarto de hora. Y metafórico fue lo de Madrid, donde se sumaron a la pesca desde Alaska hasta Loyola de Palacio. La edición limitada de Lagerfeld tenía una esperanza de vida de 15 días y ayer ya se había agotado "el 60% de la producción" en todo el mundo, aseguró H&M.