La última adquisición de la NASA, el telescopio Spitzer , ya ha sacado provecho de su primer año en la agencia espacial estadounidense. A la lista de descubrimientos que ha realizado en este tiempo, hay que añadir el que podría ser el planeta más joven detectado hasta el momento, de con una edad de un millón de años.

El planeta fue localizado mientras se examinaba una órbita en torno a una estrella identificada como Coku Tau4, en la constelación de Tauro, a unos 420 años luz de la Tierra. Esta medida equivale a la distancia que la luz recorre en un año, unos 9,46 billones de kilómetros.

Dan Watson, astrónomo de la Universidad de Rochester, explicó que el cuerpo tiene "sólo" un millón de años de antigüedad, por lo que "es lo suficientemente joven como para causar grandes alteraciones en las teorías más importantes sobre la formación de los planetas". Una de ellas sostiene que los cuerpos se formaron a partir de la acumulación de pequeñas partículas. Pero el descubrimiento abre la posibilidad de que los planetas se originaran a partir de la acumulación del polvo cósmico, lo cual haría que fueran mucho más jóvenes.