Las fuertes lluvias que en las últimas horas han caído sobre Luisiana son las credenciales con las que la tormenta tropical Barry se presenta ante el litoral de este estado, donde estaba previsto que tocara tierra durante la madrugada o las primeras horas de hoy ya como huracán, el primero de la temporada en el Atlántico.

El presidente Donald Trump decretó el estado de emergencia -que permite a las agencias federales participar en las tareas de socorro- e instó a los habitantes a seguir las directrices de las autoridades federales y locales. Las lluvias de los últimos días han inundado ya zonas de Nueva Orleans, ciudad todavía traumatizada por el potente huracán Katrina, del 2005.

Localidades costeras del sur de Nueva Orleans han sido evacuadas. El gobernador de Luisiana ha pedido a los habitantes que utilicen los autobuses puestos a disposición por las autoridades recordando que muchas de las muertes durante estos fenómenos son de gente que viaja en coche y se ven arrastrados por la aguas.

Las autoridades recuerdan que son las inundaciones que provoca un huracán las causantes del 75% de las muertes. Con vientos sostenidos de 85 kilómetros por hora, Barry se movía ayer lentamente hacia al oeste/noroeste a 7 km/h al sur de la costa sur de Luisiana, y tocará tierra como un huracán de fuerza 1 con vientos de 120 kilómetros por hora.