Las autoridades de México elevaron a 92 la cifra provisional de víctimas mortales causadas por un fuerte terremoto, de magnitud 7,1 en la escala de Richter, que sacudió ayer el centro de México. El servicio sismológico nacional del país centroamericano informó de que el temblor tuvo su epicentro a ocho kilómetros de Atecingo, en el estado de Puebla, pero con repercusión en la capital del país, a 120 kilómetros.

De acuerdo con el balance preliminar efectuado pasada la medianoche española por las autoridades estatales, 54 de las 92 muertes se registraron en el estado de Morelos, 26 en Puebla, ocho en Estado de México y cuatro en la capital.

Se da la circunstancia de que el seísmo se produjo el mismo día en que tenía lugar el 32º aniversario del devastador terremoto que mató a 10.000 personas en la capital mexicana en 1985. Y apenas dos semanas después del que sacudió los estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco en la noche del pasado 7 a 8 de este mes. Aquel seísmo, de magnitud 8,2, se cobró la vida de al menos 98 personas.

Los residentes en la capital, que protagonizaron escenas de pánico, pudieron notar cómo se movían los edificios y algunos testigos y afectados ya hablaban anoche de derrumbes parciales en los inmuebles. El alcalde, por su parte, aseguró que había personas entre los escombros. Los medios de comunicación locales informaban de que varios edificios se habían incendiado tras el temblor, algunos de ellos con personas en su interior, y que había muchos coches destrozados por los cascotes desprendidos. También hablaban de cortes en el servicio de suministro eléctrico, en las líneas telefónicas así como fugas de gas.

El aeropuerto de México capital interrumpió anoche toda su actividad. También el servicio de metro, aunque de forma parcial. Las actividades escolares quedaron suspendidas hasta nuevo aviso, al igual que la sesión bursatil de la capital, con el principal objetivo de salvaguardar la seguridad. En el estado central de Puebla, además, cayeron las torres de la iglesia de Cholula.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que se dirigía al estado sureño de Oaxaca, anunció que volaba de regreso a la capital y que había convocado al Comité Nacional de Emergencias para evaluar la situación y coordinar acciones. «El PlanMX ha sido activado», señaló el mandatario a través de Twitter, en la que también explicó que regresaba «de inmediato para atender la situación por el seísmo».

«Lo sentí muy fuerte, estábamos en el piso siete y el edificio se movió demasiado», explicó a Efe desde la capital Ivonne Solís, que no pudo salir del inmueble hasta que terminó el temblor. La joven, todavía asustada, reflejaba el sentir general de los 20 millones de habitantes del área metropolitana de la urbe, una de las ciudades más pobladas del mundo.