Los activistas de ECA (Ending Clergy Abuse) y SNAP (Survivors Network of those Abused by Priests), las dos principales agrupaciones de víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, se han desplazado a Roma pero no han logrado que se les incluya en la cumbre para la Protección de la Infancia. Tampoco han podido reunirse, de momento, con el papa Francisco, el impulsor de este encuentro histórico que persigue contener la crisis de pederastia que sufre la Iglesia católica.

La cumbre contará con la participación de víctimas elegidas por el Vaticano que intervendrán en persona, o a través de grabaciones proyectadas en cada jornada, cuya identidad se mantiene en secreto. Sin embargo, la santa sede ha excluido a las asociaciones ECA, SNAP o Bishop Acountability, que dirige Phil Saviano, el activista que colaboró con el Boston Globe para destapar los abusos silenciados por la diócesis de Boston (EEUU), un trabajo periodístico que fue llevado al cine en la película Spotlight.

Ayer, a 24 horas del inicio de la cumbre, sus organizadores trataron de apaciguar los ánimos de los activistas con una reunión montada contrarreloj en el Instituto Maria Bambina, ubicado fuera de los muros del Vaticano. Sirvió de poco. Una docena de víctimas de estas asociaciones fueron recibidas por Hans Zollner, coordinador, Federico Lombardi, moderador, y Charles Scicluna, fiscal de la Doctrina de la Fe. Pero no por el papa Francisco. Y aunque la presencia del pontífice no estaba confirmada, su ausencia no gustó, dado que no habrá, en principio, más ocasión de que pueda escucharles.

Peter Isely, portavoz americano de la ECA, lamentaba ayer a la salida que Scicluna había esquivado alguna de las preguntas directas que le formulaban recordando que él «no es el Papa». «¡Ese es el problema! ¡Queríamos hablar con el Papa!», exclamó. El español Miguel Hurtado, víctima del monje Andreu Soler de la Abadía de Montserrat, también participó en la reunión. «Nos han escuchado y hemos sido contundentes. Pero al final les hemos querido saber qué medidas van a tomar y nos han respondido que no podían avanzar nada porque todo se discutirá durante la cumbre y que lo que acordado se hará público el lunes 25 en una rueda de prensa».

«¿De qué tienen que hablar?», se preguntaba Isely, la única medida aceptable será que den la orden de que «cualquier sacerdote que abuse de un menor será excomulgado y entregado a las autoridades civiles» y que cualquier encubridor «será expulsado» de la Iglesia.

El poco margen de tiempo para preparar esta reunión impidió que asistiera un representante de África. Sí hubo, no obstante, miembros de América del Norte, América del Sur y Europa.

Mientras tanto, en España, la Conferencia Episcopal Española se ha sumado a la petición hecha por el papa Francisco tras el Ángelus del pasado domingo de «rezar por el encuentro de los presidentes de todas las conferencias episcopales» que empieza hoy en Roma. En un vídeo compartido en la página web de Conferencia Episcopal Española, los obispos recogen un fragmento del mensaje del papa Francisco y frases como «pidamos especialmente perdón por los abusos cometidos contra niños por parte de pastores y fieles de la Iglesia». «Oremos también al Señor de la vida para que nunca vuelvan a repetirse semejantes atrocidades», continúa.

Al encuentro de todas las conferencias episcopales, que tendrá lugar en el Vaticano hasta el 24 de febrero, asiste como representante español el cardenal Ricardo Blázquez.