Uno de los diarios más importantes de Alemania, el Frankfurter Allgemeine Zeitung calificó ayer al ministro de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos, de "patán" y "chulo" en una columna con motivo de su retirada. Con el título Al quinto pino: dimite un patán político español , el Frankfurter entierra políticamente a Cascos en tono satírico.

Tras citar algunas de las frases más célebres pronunciadas por Cascos a raíz de la crisis del Prestige , el artículo asegura que esas declaraciones "recuerdan al típico chulo, ese fanfarrón de pueblo que responde a toda crítica con una nueva impertinencia".

La columna, firmada por el corresponsal de cultura y sociedad del Frankfurter en Madrid, Paul Ingendaay, sostiene que "para describir al político Cascos en términos futbolísticos se podría decir que es una combinación de Georg Schwarzenbeck y Stefan Effenberg: por detrás propinando patadas y por delante dando un corte de mangas".

"En España le llaman Dóberman porque se comporta como tal y en la boca se le parece un poco", aclara Ingendaay para los no iniciados, y continúa con un peculiar paralelismo entre Cascos y el exministro de Defensa alemán caído en desgracia Rudolf Scharping, que se caracterizó durante su mandato por su falta de tacto político y su inoportunidad. "Pese a que ideológicamente poco le une con nuestro Rudolf Scharping, y éste es también más simpático y probablemente más inteligente, el español y el alemán tienen en común que en algún momento sus carreras empezaron a caer en picado, pero ellos no se dieron cuenta", compara el autor.

"Cascos fue durante cuatro años ministro de Fomento, un cargo que ya supone un ligero descenso que casi pasó inadvertido porque en este ministerio hay sumas tan increíbles para dilapidar que Cascos debe de haberlo confundido con poder real", continúa.

De la carrera política de Cascos, Ingendaay destaca dos hitos: "Su ministerio es responsable de la grandiosamente fallida planificación del tramo Madrid-Cataluña del AVE (...). También lleva su firma la reacción de aficionado ante la avería del petrolero Prestige" .

El Frankfurter es, junto al Süddeutsche Zeitung , uno de los diarios más serios de Alemania, a pesar de cierto tinte conservador. Su mayor tesoro es el ejército de buenas plumas que tiene en nómina, entre ellas el brillante Ingendaay, al que aún se le recuerda por su hilarante crónica de la boda de Ana Aznar.