Las movilizaciones de mujeres lideran el cambio social respecto a la violencia machista, pero para que la transformación sea real «es preciso la implicación de los hombres, y los datos apuntan que cada vez es mayor el rechazo y la percepción de esa violencia, también en ellos», subrayó ayer Laura Pérez, regidora de Relaciones Internacionales, Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona, en el transcurso de la jornada Masculinidades y cambio social. En el acto se presentaron dos estudios que revelan avances en la lucha contra las agresiones: la Encuesta de violencia machista y la Evaluación de la eficacia de la atención a hombres que ejercen violencia machista.

El primer estudio revela que durante ese año el 13,8% de las encuestadas sufrieron alguna agresión machista (excluyendo comentarios, gestos o exhibicionismo), y el 2,3%, hechos muy graves. En cuanto a la percepción de esa violencia, se detecta que las agresiones físicas son las que más se identifican, y las psicológicas, las que menos, y que los más jóvenes son quienes menos se percatan de la violencia ligada a las nuevas tecnologías.

Aunque los datos reflejan una mayor sensibilización, Pérez apuntó aspectos aún negativos, como que el 7% de los hombres y el 5% de las mujeres no consideren como violencia una relación sexual obligada.

Los hombres tienen más dificultades para identificar qué es violencia machista, sobre todo en expresiones de control hacia la mujer. Así, el 20% de los encuestados entre 16 y 29 años no considera violencia machista enviar mensajes al móvil continuamente para controlar y saber qué hace su pareja, una cifra que se reduce al 11,4% en el caso de las mujeres. En la encuesta del 2010, el 69% de los varones identificaba como violencia «darle una bofetada», porcentajes que en el 2016 se han elevado al 85%.