Más de 500 inmigrantes se encerraron ayer durante cuatro horas en la iglesia de Santa María del Pi en demanda de papeles. Previamente, se manifestaron por la Rambla.

La Asamblea por la Regularización Sin Condiciones dio ayer un giro de 180 grados. Suavizó sus posturas, tanto en las formas como en el fondo. Los asistentes, en su mayoría musulmanes, se comportaron como si de una mezquita se tratase --incluso desconectaron sus móviles--. Los asistentes autorizaron a sus representantes acudir a la reunión prevista en la Delegación del Gobierno en Cataluña el próximo martes.

Los encerrados aprobaron una batería de 24 puntos, que deberán ser defendidos por sus negociadores. Los inmigrantes exigen que se solucione el colapso en la Subdelegación de Barcelona y que, mientras, se suspendan las expulsiones y no se efectúen más detenciones. La asamblea de inmigrantes acordó anoche reclamar la tarjeta de residencia en España para todos aquellos extranjeros que puedan demostrar que tienen un trabajo. Entre otras reivindicaciones, desean que la medida se extienda a las personas que lleven al menos cinco años en España, aunque hoy no tengan empleo.

"No se trata de darles un cheque en blanco, pero hay que escuchar sus propuestas y aprovechar la ocasión para exponer nuestras demandas", declaró a este diario Jorge Sánchez, uno de los responsables del nuevo clima de diálogo.