Las autoridades del Vaticano han ordenado cortar el agua de todas sus fuentes ante la escasez de agua que sufre la ciudad de Roma y que podría provocar un racionamiento en cuestión de días, ya que el gobierno de la región del Lazio ha anunciado que no permitirá tomar más agua del lago de Bracciano. La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, convocó ayer una reunión con el presidente del Lazio, Nicola Zingaretti, y representantes de la empresa de suministro ACEA para intentar lograr una solución y evitar los cortes de agua en un plazo de cuatro días. El pasado viernes el gobierno del Lazio aprobó suspender la extracción de agua del lago de Bracciano a partir del 28 de julio para facilitar la restauración del nivel natural del agua del lago y su calidad y su integridad ecológica natural. La ausencia de precipitaciones en los últimos meses es la causa principal.