El calor y el viento dificultan el control del incendio que afecta a la Comunidad de Madrid y la provincia de Toledo, mientras que en Tarragona los bomberos confiaban ayer en dar por controlado por la ncohe el fuego. También mejoró la situación de los incendios activos en Ávila, que podrían haber sido provocados.

El fuego, que desde este pasado viernes se extiende por Almorox (Toledo) y las localidades madrileñas de Cadalso de los Vidrios y Cenicientos, ha obligado a cortar tramos de cuatro carreteras madrileñas (la M-541, M-542, M-507 y M-546) y a evacuar a unas 40 personas de la urbanización Alberche del Encinar, que se unen a las del camping de Cadalso.

No se espera que el fuego pueda ser controlado en las próximas horas, debido al calor y la intensidad del viento, según explicó la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Paz García Vera, que señaló que el incendio ha arrasado ya 4.000 hectáreas. Esta cifra fue, no obstante, rebajada por Emergencias 112 de la Comunidad de Madrid, que calcula en 2.700 las hectáreas calcinadas hasta el momento.

«Me gustaría decir que en el día de hoy pudiera ser controlado pero todo parece indicar que va a ser materialmente imposible que el fuego se controle», aseguró García Vera, tras visitar el punto de control del operativo. Lo mismo opinó el presidente en funciones de la Comunidad de Madrid, Pedro Rollán, que asegurába que es «materialmente imposible» que el fuego fuese controlado ayer domingo por su virulencia y porque está «partido en dos flancos».

Mientras, los bomberos confiaban en dar por controlado por la noche el incendio en la Ribera del Ebro (Tarragona) y las Administraciones trabajan en un plan de choque para relanzar una zona en la que han ardido unas 6.000 hectáreas.