EN ADULTOS. El efecto del calor extremo sobre el cuerpo humano depende, principalmente, de las condiciones del individuo. Afecta más a ancianos, enfermos crónicos y medicados, pero también a los niños. Con todos ellos se impone extremar las precauciones en forma de una buena hidratación y una ventilación adecuada en casa. Pero el calor también puede provocar serios problemas a personas que no pertenecen a ninguno de estos colectivos de riesgo. "El cuerpo humano dispone de un sistema de autorregulación térmica y, cuando se superan los 40° y no consigue eliminar el calor porque le desborda sin que haya infección sino por ese agotamiento de la termorregulación, la situación se vuelve delicada", explica el doctor Wenceslao Varona, médico preventivista del Royo Villanova. Así, el corazón se dispara, se produce hiperventilación o se deja de sudar. Además, entre los posibles efectos del golpe de calor está la alteración de la conciencia, confusión o delirio.

EN NIÑOS. Los casos en niños, por su parte, no son habituales. "No se suelen dar golpes de calor si los padres tienen cuidado y están bajo su tutela", indican desde el servicio de Urgencias del hospital Royo Villanova. En este colectivo, la hidratación y protección del sol también es clave para evitar un golpe de calor que, en menores, presenta cuadros relacionados con posibles vómitos, irritabilidad, menor receptividad, piel seca o fiebre, según apuntan los expertos.