El sector frutícola aragonés vive uno de sus peores veranos. A la sobreoferta por la coincidencia de cosechas y la caída del consumo, motivada por la crisis y unas temperaturas menos elevadas de lo habitual, se ha sumado esta semana el cierre de las fronteras de Rusia, un país al que la comunidad vende fruta anualmente por valor de 110 millones de euros. Así lo estiman las cooperativas, ya que, según sus datos, en Aragón se producen 607 millones de kilos de fruta de hueso, de los que 30 millones se exportan al país del este europeo. A estas cifras habría que añadir la que se cultiva en territorio aragonés pero se comercializa a través de empresas de otras regiones, como Cataluña o Comunidad Valenciana.

Rusia prohibió desde el pasado jueves, 7 de agosto, y por un año la importación de ternera, cerdo, verduras y hortalizas, frutas, carne de ave, pescado, quesos, leche y productos lácteos desde la Unión Europea, Estados Unidos, Australia, Canadá y Noruega, en respuesta a las sanciones que le han impuesto por su papel en la crisis ucraniana. Ayer, las organizaciones agrarias exigieron medidas porque "una vez más se utiliza al sector agroalimentario como moneda de cambio", lamentó la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Aragón. "El problema es enorme porque va a provocar un excedente brutal en todo el continente, con la consiguiente caída de precios, y los agricultores y ganaderos siempre son los paganos", denunció.

El comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, que regresó de sus vacaciones, aseguró a los agricultores comunitarios que habrá una respuesta "proporcionada y rápida" para apoyarles si la situación lo requiere. Y recordó que en la política agrícola común (PAC) existen herramientas, incluidos los fondos de reserva para crisis --dotados con 2.800 millones de euros entre el 2014 y el 2020--, para ayudarles, aunque, eso sí, destacó que aún es pronto para hablar de compensaciones. En este sentido, la Comisión Europea planteó como posibles soluciones dejar la fruta sin recolectar y llevar a cabo un arranque de árboles de forma estructural para adaptar la oferta a la demanda, pero todo está por decidir.

CAMIONES Sin embargo, el Ministerio de Agricultura quitó hierro a la situación, cuantificando en 337 millones de euros el impacto de las restricciones a las exportaciones al mercado ruso. "No entendemos que puedan decir eso cuando Aragón, por ejemplo, es el mayor exportador de melocotón rojo a Rusia", criticó José Manuel Roche, secretario general de UPA Aragón, quien solicitó ayer una reunión urgente con el departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón y la ministra del ramo. El sector de la fruta calcula que todavía tienen que exportar a este país entre un 40% y un 50% de la producción, mucha aún por recolectar y con las cámaras de las cooperativas ya a rebosar, por lo que estudiará acudir a los tribunales que si no recibe una solución. Hay unos 1.500 camiones parados cargados de fruta y hortalizas con destino a Rusia sin saber qué hacer, y muchos en tránsito han tenido que regresar ante la anulación de pedidos.

El otro gran sector afectado es el cárnico, si bien lleva sufriendo las restricciones de Rusia en el último año y medio --en abril de 2013 limitó a 24 el número de empresas españolas que podían exportar carne al país--. Por eso, desde la Asociación de Productores de Porcino del Valle del Ebro (Appave) minimizaron la repercusión y destacaron la conquista de nuevos mercados asiáticos para compensar esa pérdida.