Los sectores sociales de la comunidad admiten sentirse "felices" y "satisfechos" de la derogación definitiva del trasvase del Ebro después de cuatro años de manifestaciones, movilizaciones y protestas que han llevado a miles de aragoneses a echarse a la calle en pie de guerra. Sindicatos, empresarios y ecologistas entienden que de esta manera se reconoce la postura defendida por Aragón y se reafirman optimistas cara a un futuro, que, insisten, pasa por la nueva cultura del agua.

La imposición de un nuevo modelo de Plan Hidrológico Nacional (PHN) diferente del actual es valorado de manera muy positiva. Ya que a nadie se le escapa la escasez de agua en algunas zonas de España, fundamentalmente en el Levante, que hay que solucionar. "Hay que resolver las carencias actuales de este recurso hídrico, pero no por la vía de grandes transferencias de cuencas, sino por otros métodos más sostenibles y factibles", argumentan al unísono.

"Lo primero es la alegría que sentimos todos. Pero sobre todo hay que agradecer la actitud y la respuesta de los miles de aragoneses que se han volcado con esta campaña", aseguró Cristina Monge, de la Plataforma en Defensa del Ebro. "Esperemos ahora que ésta sea la última amenaza que vive Aragón y el río Ebro".

"La decisión supone un giro histórico y trascendental al pasar de una cultura de oferta del agua a otra de gestión de la demanda. Un auténtico desafío", añadió Víctor Viñuales, director de la Fundación Ecología y Desarrollo. Tras manifestar su "felicidad" por la marcha atrás, la incluyó dentro de la política general de sostenibilidad y eficiencia.

"La anulación de una serie de artículos del PHN viene a configurar la nueva política del agua por la que apuesta el Gobierno, y cuyas líneas son la desalación, reutilización y ahorro. Un avance del que estamos satisfechos", afirmó Julián Lóriz, secretario general de UGT-Aragón.

Por el diálogo

Desde CCOO, el secretario responsable de Medio Ambiente, Benito Carrera, se felicitó por esta supresión y recordó "los abrazos al Ebro y los viajes a Madrid y Barcelona, que han conseguido el retroceso de una política marcada por la insolidaridad hacia esta tierra". Por ello, aseguró que "hay que continuar mediante el diálogo social".

También el empresariado dijo sentirse "muy contento" de la decisión tomada por el Ministerio de Medio Ambiente, "que viene a corroborar nuestra postura mantenida desde siempre", opinó el presidente de la CREA, Julián López Barbier. No obstante, el portavoz oficial de los empresarios defendió la "conveniencia y necesidad de realizar las obras del Pacto del Agua y resolver los problemas hídricos que sufre el Levante".