Los elogios a la gestión y al papel desempeñado por Manuel Pizarro durante los nueve años que ha estado al frente de Ibercaja se sucedían ayer tras la asamblea general extraordinaria que celebró la entidad de ahorro y en la que éste anunció su renuncia a la presidencia. "El mejor legado que deja Pizarro en Ibercaja es su impronta personal, que ha permitido que la caja llegue a todo, gracias a su conocimiento del mundo financiero, pero también de la gente de esta comunidad", señaló Emilio Eiroa, presidente de la comisión de control de Ibercaja.

Eiroa calificó el trabajo de Pizarro al frente de la entidad como "muy positivo". De esta forma, se refirió a la mayor apertura que presentaba la caja en la actualidad, a los resultados económicos conseguidos --la caja ha duplicado sus beneficios en estos nueve años-- y a la "ordenada" expansión que ha desarrollado durante su mandato, hasta alcanzar cerca del millar de oficinas. "Además, no podemos olvidar todos los proyectos que ha llevado a cabo Ibercaja en este tiempo, así como aquellos que deja en marcha, todo ello como un refuerzo al compromiso con la sociedad aragonesa", añadió Eiroa.

En la misma línea se pronunció el presidente de la Confederación de Empresarios de Aragón (CREA), Julián López Babier, que forma parte del consejo de administración de la caja de ahorros. De esta forma, después de elogiar el "extraordinario trabajo" realizado por Pizarro en la entidad, el máximo responsable de la patronal también se refirió a su sucesor al frente de Ibercaja, Amado Franco. "Estoy seguro de que va a ser un buen presidente", añadió.

Por su parte, Pizarro quiso devolver todas las muestras de apoyo recibidas durante esta etapa. Así, en la larga lista de agradecimientos emitidos en su discurso de despedida, tuvo palabras para las autoridades de los distintos ejecutivos autonómicos de los últimos años, para los integrantes de los órganos de gobierno de la entidad, para sus responsables y personal y, como no, para aquellos que han confiado en Ibercaja.