El exviceconsejero de Obras Públicas de la DGA y exconsejero delegado de Plaza, Carlos Escó, admitió ayer que a finales del 2008 firmó un pagaré por valor de más de tres millones de euros a favor de la empresa Codesport, propiedad de Agapito Iglesias, a pesar de que carecía de competencias para hacerlo.

El exalto cargo del Gobierno de Aragón declaró ayer como imputado por delitos societarios --administración desleal y malversación-- ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza, que investiga el pago de un supuesto sobreprecio de 17 millones de euros --8,7 de ellos en cuatro pagarés que según las acusaciones no autorizó el consejo de administración de Plaza-- a la sociedad del constructor soriano. En las diligencias está también encartado el exgerente de la empresa pública, Ricardo García Becerril.

Escó admitió también que no podía explicar por qué firmó ese pagaré junto con otros tres para los que sí estaba habilitado. "Seguramente, al ir los cuatro juntos, firmó de forma automática", indicó. Aseguró desconocer si algún informe jurídico justificaba esos pagos y dijo que no sabía que el contrato de la obra --80 naves por 14 millones que se convirtieron en 119 por 32-- excluyera la posibilidad de aplicar revisiones de precios.

CONFIANZA Según su versión, Garcia Becerril, que los había rubricado previamente, le comunicó "la necesidad de firmar" los pagarés tras presentarle las facturas firmadas por Codesport y con el visto bueno del gerente. Este último, añadió, le explicó los motivos que justificaban esos pagos acompañado por el exdirector técnico de Plaza, Miguel Ángel Pérez. Escó, indicó, no leyó los documentos porque "confiaba" en ambos.

Una de las claves del asunto radica en si el consejo de administración fue o no informado de la modificación del proyecto inicial y de la variación del precio, y si ese órgano aprobó o no los pagos. El exconsejero delegado de Plaza aseguró que ocurrieron ambas cosas: la primera en el 2006 y la segunda en el 2008. Siempre, anotó, en sesiones en las que emitía los informes García Becerril.

Admitió, no obstante, que esos datos --y su aprobación-- figuran en los anexos de las actas, sobre cuyo contenido García Becerril y Pérez solo se extendían "si alguien pedía una explicación justificativa de dichos incrementos". Y también reconoció que nadie informó al consejo del aumento del precio por metro cuadrado entre el planteamiento inicial y la facturación final ni de la prohibición expresa de aplicar revisiones de precios, responsabilidades que, en ambos casos, atribuyó al gerente.

Carlos Escó negó, no obstante, que esa diferencia de 17 millones de euros fuera "un desfase" y la redujo a la categoría de "mayor precio" por haber aumentado el número de naves a construir.

DISCUSIONES El exdirector financiero de Plaza, Pedro Colás, que compareció como testigo, aseguró que llegó a discutir, "tanto por el importe de los pagarés como por el momento de presentarse las facturas, con García Becerril, a quien le manifestó "que se notaba la diferencia entre la obra efectuada y la cantidad que se cobró".

Colás, que aseguró que no despachaba con Escó, añadió que "no le consta que con carácter previo hubiera habido una aprobación por parte del consejo".

Por último, Mariano Pemán, el arquitecto en cuyo informe basó la actual dirección de Plaza la denuncia que originó el caso pagarés, aseguró que la facturación presentada por Codesport incluyó "partidas distintas de las que se ejecutaron realmente" y también "cantidades doblemente facturadas". De un monto de 3,75 millones de euros, dijo, "se deberían haber pagado 213.990".