La situación en la que viven diez familias en una urbanización de adosados de Pinseque (Zaragoza) es desesperante. Desde que entraran a residir en sus casas hace unos seis meses carecen de calefacción, luz y agua corriente, aunque se abastecen mínimamente con los servicios de obra capeando las deficiencias de habitabilidad existentes. Pero su mayor problema son los embargos e hipotecas a los que tienen que hacer frente por toda una serie de impagos del promotor.

"Tuvimos que escriturar la casa con cargas por miedo a perder todo el dinero que ya habíamos entregado. La promotora la había hipotecado por valor de 96.000 euros, pero nos aseguró que la levantaría antes del 15 de septiembre. Cosa que no ha hecho. Lo estamos pasando fatal, porque a esto se suman todos los desperfectos y goteras y humedades que tenemos", afirma uno de los afectados.

Al igual que el resto de propietarios, "el pastel se descubrió a la hora de firmar las escrituras", lo que les ha obligado a poner el caso en manos de un abogado.

Este ha confirmado los embargos, aunque matiza que está estudiando si en algunas de las escrituras consta que los compradores se reservaban cantidades de dinero para levantar dichas cargas. Por lo que el planteamiento de la denuncia sería diferente, ya que, en estos casos, serían los propietarios quienes tendrían que hacerse cargo del embargo.

"Se nos han reído en la cara y siento una impotencia terrible", afirma otro vecino que tiene su garaje embargado y asegura temer represalias por revelar las graves irregularidades. "Me aseguraron que las casas estarían terminadas en agosto del 2003, y hasta junio de este año no hemos entrado a vivir. Aquello supuso un trauma porque ya habíamos vendido el piso y nos encontramos en la calle. Pero cuando nos llamaron para firmar la escritura comprobé que el piso estaba embargado. Ya había entregado bastante dinero y firmé para no perderlo", relata.

Todos intuyen que los problemas para dar de alta el agua y la corriente eléctrica tienen su causa en posibles impagos.