Su vivienda está en el término municipal de Calaceite. Hay que recorrer un buen tramo de caminos polvorientos hasta llegar a ella. Aparece camuflada entre el paisaje. Lo primero que sale al encuentro es un pastor alemán enorme. Y luego Bryan con su peto vaquero y los brazos tatuados. Y una amplia sonrisa. Luego sale Sandra y asoma su hijo, Mathew Turner, que está construyendo una conducción para recoger en el tejado el agua de la lluvia y poder almacenarla. A su alrededor tiene cinco hectáreas, que quieren habilitar como cámping. En la vivienda harán un bed and breakfast (B&B).

Ellos mismos han hecho la mayor parte de la obra. Aunque la estructura de la casa y las instalaciones fundamentales las acometieron los gremios de la comarca. "Esto es un sueño hecho realidad para nosotros", explica Sandra, que cuenta que algunos días de la semana va a Calaceite a hacer la compra, pero también a recibir clases de gimnasia con otras mujeres de la localidad. "La vida aquí es muy buena", dice Bryan en inglés. Y recuerda sin añoranza su ajetreada vida en el norte de Londres, donde era transportistas al servicio de la cadena de comida rápida McDonald's. La familia ha invertido en las tierras y la construcción de la vivienda 93.000 euros. Mathew tiene un trabajo curioso. Se dedica a dejar en perfecto estado los nuevos modelos de los coches de alta gama. Cuenta que hace poco limpió para una sesión de fotos el Mercedes Clase C y que ahora debía ir a Motorland para preparar un Jaguar para su presentación internacional. "Solo veo ventajas a vivir aquí. Está bien comunicado, cerca de Barcelona, de Zaragoza y también de las pistas de esquí", señala al recordar que hace poco estuvo en Formigal.