"Ante crímenes de la amplitud de los de Madrid, las palabras para describir el disgusto o la cólera sólo pueden parecer vulgarmente enfáticas. Lo más adecuado es este breve y solemne silencio que una multitud puede mantener en homenaje a las víctimas"

"Después de la primera emoción, surge la pregunta: ¿quién, quién es el responsable de tal maldad? Es inevitable que se piense en primer lugar en ETA, como hizo España unánimamente hasta el descubrimiento de unos casetes grabados con versos del Corán. Es inevitable porque ETA ya ha reivindicado más de 800 asesinatos, recientemente ha rechazado la idea de una tregua y siempre ha querido demostrar su menosprecio por el sufragio universal al hacer correr la sangre en vísperas de unas elecciones. Pero faltan las pruebas para determinar su responsabilidad".

"El precio de la vida humana ha bajado considerablemente, como ya se pudo ver en Bali, como acabamos de ver en Madrid, como se teme que se podrá ver en cualquier otro lugar".

"El carácter masivo del atentado de Madrid corresponde más a lo que ya se conocía de Al Qaeda y no tanto a la organización terrorista vasca, para quien estos hechos representarían una verdadero salto cualitativo, en el peor de los casos. Pero incluso antes de identificar al culpable se sabe con certeza que el resultado de la carnicería de Madrid será que se reforzará la popularidad de los que han tomado el antiterrorismo como bandera".