Hasta el momento sabíamos de los hinchas del fútbol que reparten su paga extra entre los viajes con su equipo y las cervezas. Y de los eurofans , que son capaces de ir hasta Estambul para conseguir un autógrafo en una servilleta de la candidata ucraniana de Eurovisión. Sin embargo, las bodas reales de Copenhague y Madrid han colado en la pole-position de excentricidades a un nuevo movimiento: los proclamados "grandes fans" (en estos términos) de la monarquía. Así, al menos, se reivindica Achim Oswald, de Fráncfort. La semana pasada estuvo en Dinamarca y ayer apuntaba con su cámara al Hotel Ritz de Madrid en busca de una foto con Mette-Marit. Lo singular del caso es que Achim no es paparazzo, sino un laborioso empleado de banca.

Todavía más extraordinario: este proclamado fan de Peñafiel y el ¡Hola! (dos tótems, por lo visto, internacionales) no sólo ha invertido 1.500 euros en la última semana para asistir a las nupcias de Federico y Felipe. En cuestión de cuatro años, Achim ha estado en las bodas de a) Felipe y Matilde de Bélgica (su primera vez ); b) Haakon y Mette-Marit de Noruega (su "mi favorita"), y c) Guillermo y Máxima de Holanda.

¿Y en el trabajo no le miran raro? "¡Nooooo! Mi jefe luego me pregunta y me pide que le enseñe las fotos", asegura Achim, que pasa a explicar la génesis de su afición. Un día, su abuela se cruzó por la calle con la reina Juliana de Holanda y se pasó media vida mortificando a su familia con la anécdota.

Colección real

Lejos de empacharse, este empleado de 38 años del banco Société Générale empezó a coleccionar, con afán enciclopédico y sin ironías, libros y vídeos de la realeza. Luego, a modo de trofeo, cuenta que colgó los mejores retratos de sus viajes en el salón, para presumir ante las visitas.

Lo que Achim no dice es lo que se deja en mordidas. Y algún truco debe de tener, porque ante el Teatro Real de Copenhague llevaba un programa que sólo se repartía en el centro de prensa, y ayer ante el Ritz se sabía de carrerilla el horario de llegadas. "Ojalá que en Alemania se restaurara la monarquía", suspira. Mientras, se conforma con levantarse hoy a las seis y ver a Letizia entrando en la Almudena.