Los nacionalistas de centro quieren conseguir que la economía municipal funcione de forma eficaz, por ello apuesta por la coordinación de las entidades que conforman la Administración local, con el fin de que no se malogre el esfuerzo fiscal que se exige a los zaragozanos y zaragozanas. De ahí que prediquen que las relaciones económicas con otras instituciones, como la Diputación de Zaragoza y el Gobierno de Aragón, se rijan por el principio de la reciprocidad, para que la obligatoriedad el pago de impuestos se traduzca en la correspondiente prestación de servicios. Para el PAR, la economía del consistorio zaragozano es una de las más endeudadas de España, debido «principalmente, a la falta de rigor de los últimos equipos de gestión, con una deuda por habitante de 1.386 euros.

Un principio clave de los paristas es la revisión de la fiscalidad, a la que quieren reducir «a las dimensiones adecuadas, de modo que nunca tenga carácter abusivo o confiscatorio». En este sentido, su objetivo es eliminar el impuesto de plusvalía en dos supuestos e introducir cambios en la ordenanza del IBI, bonificando las actividades económicas de especial interés o utilidad municipal.

Sin salir del campo tributario, los autónomos y emprendedores estarán exentos del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) hasta que su facturación alcance los 35.000 euros. También bonificarán con un 25% la tasa por obra mayor, cuando las edificaciones que se vayan a abordar garanticen su adaptación a la normativa de edificios de consumo de energía casi nulo.

Un concepto fiscal del PAR es el denominado zona cero tasas, según el cual los autónomos que se establezcan en zonas de interés delimitado o suelo industrial por el ayuntamiento gozarán de tasas municipales hiperreducidas o a coste cero.