El Gobierno central, a través de su portavoz, Eduardo Zaplana, y la ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, quitaron importancia ayer al crítico informe elaborado por técnicos de la Unión Europea sobre el Plan Hidrológico Nacional (PHN) --de hecho, no llegaron a comentar ninguno de los argumentos allí expuestos-- y dieron por seguro que, al final, el proyecto recibirá los fondos para salir adelante.

La propia Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea dio un balón de oxígeno ayer al PP al señalar que el rotundo informe medioambiental es sólo un paso más de un largo procedimiento. Hasta junio no habrá una conclusión definitiva, recordó un portavoz comunitario. Es más, añadió que en un caso precedente, el trasvase Júcar-Vinalopó, también se redactó a mitad del proceso un dictamen suspensivo (como en el caso del PHN) y finalmente el ejecutivo comunitario terminó por dar luz verde a su financiación.

Con esa ayuda desde Bruselas, la ministra de Medio Ambiente criticó: "Nos encontramos nuevamente con una tergiversación de los procedimientos de la UE". Lejos de aceptar que el informe da un serio revés al PHN, Rodríguez opinó que en realidad su redacción es "un paso más en la financiación del proyecto de trasvase del Ebro".

"Ni hay ningún tipo de retraso ni hay ningún tipo de polémica", remachó Zaplana sobre esa misma cuestión. El presidente del PP en Cataluña, Josep Piqué, fue más allá y pronosticó que tras las elecciones generales del próximo 14-M algunas formaciones políticas --citó expresamente a CiU-- comenzarán a cambiar de actitud con respecto al trasvase y será posible alcanzar un consenso para su desarrollo. Incluso los partidos que conforman el Gobierno catalán --aventuró-- "reorientarán posiciones" porque "son conscientes de que los mismos ciudadanos de las tierras del Ebro les pedirán que hagan las obras previstas en el PHN".