Teruel, la eterna olvidada. Es una de las provincias que encabezan el ránking de la España vaciada que quiere hacerse notar para que se mejoren sus carreteras, sus infraestructuras, los servicios sanitarios y los centros escolares, enumera Blanca Villarroya, candidata de Unidas Podemos al Congreso por Teruel.

Aunque siempre ha pertenecido a movimientos sociales como la plataforma Teruel Existe o la coordinadora de organizaciones feministas de Teruel, esta psicóloga de profesión nunca se había planteado meterse en política hasta este año. «Hay momentos en la campaña en los que me arrepiento, pero hay otros en los que me doy cuenta de que esto vale la pena», explica tras haber superado una entrevista de televisión. «Soy psicóloga, estoy acostumbrada a hablar cara a cara, esto de hablarle a una cámara no va conmigo», bromea.

Villarroya es consciente de que las reivindicaciones de los municipios, derechos adquiridos por todos los vecinos, son costosas. Sin embargo, tienen propuestas para financiarlos que pasan por un cambio fiscal. «Es sencillo, los que más tienen son los que deben aportar más. Los ricos tienen que aportar más, no los pobres», resume. Propone que los bancos se suban al carro del pago de impuestos, por ejemplo, en las transacciones financieras o que se aplique una subida del IRPF a los que tienen un patrimonio superior a los 100.000 euros. Explica que muchas de las reclamaciones son tan antiguas que tienen proyecto y presupuesto, como son las infraestructuras ferroviarias entre Sagunto, Teruel y Zaragoza, o el proyecto de la A40. En realidad, matiza, lo que había que hacer es aplicar la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural que aprobó Zapatero y que está «olvidada». Cuando habla de Sanidad lo hace recalcando que es «un derecho básico». «El sistema capitalista lo que ha hecho ha sido vaciar los pueblos y superpoblar las ciudades, y eso tiene consecuencias». Una de ellas es que los médicos no quieren ir a cualquier lugar porque «no pueden seguir formándose» y otra es que los pequeños municipios, directamente, no tienen apenas opciones.

Lo de no tener internet también es de traca, comenta. «¿Cómo se va a evitar la despoblación si las empresas no se pueden instalar en nuestros pueblos?». «¿Cómo vamos a conseguir así que nuestros jóvenes no se marchan?», cuestiona. Villarroya lo tiene claro, «la gente es la que genera riqueza, y si no hay, no se generará en el mundo rural».

Respecto al cierre de la central de Andorra cree que es necesario y obligatorio que se aproveche la riqueza de Aragón, su sol y su viento, para apostar y potenciar las energías renovables. «Andorra puede ser un pueblo verde. Que lo hagan, y que organicen ciclos formativos para que los jóvenes no se marchen de la comarca por la falta de oportunidades. O invertimos o no tendremos futuro».