La Eurorregión pretende ser un lobi en Bruselas. Ese es el "objetivo prioritario", según palabras del presidente aragonés, Marcelino Iglesias, de Pirineos-Mediterráneo, el nuevo ente regional del que Aragón forma parte desde ayer junto a Cataluña, Baleares y las regiones francesas de Midi Pyrénées y Languedoc-Rosellón.

El optimismo presidió la firma en Barcelona del acta de constitución de este nuevo grupo de presión ante la Unión Europea (UE). Un encuentro "histórico", según definieron los presentes, que dejó a pie de acta dos temas bloqueados también históricos y con los mismos protagonistas.

La constitución del patronato del Archivo de la Corona de Aragón y la devolución de los bienes eclesiásticos de la diócesis de Barbastro-Monzón se obviaron en la cita barcelonesa --"no es un tema para comentar hoy", explicó Iglesias--, aunque el líder aragonés prometió resolver estos problemas "muy pronto". Y puso un margen: "En esta legislatura".

CAPITAL LOGISTICA Zaragoza se convertirá en la capital logística de la nueva eurorregión Pirineos-Mediterráneo. El anfitrión de la cita, el presidente catalán Pasqual Maragall, destacó ayer la posición logística y geográfica de la capital aragonesa y subrayó la voluntad de cooperación del nuevo grupo territorial en este campo, donde Zaragoza, insistió, se ha convertido en "un centro de primer nivel" del sur de Europa, sobre todo por el proyecto Pla-Za.

Iglesias fue el presidente más claro a la hora de explicar los objetivos de la Eurorregión. La cooperación entre los territorios firmantes, dijo, tiene un objetivo prioritario: "Convertirnos en un lobi en Bruselas". Un grupo de presión con el que "tener más dimensión y ser más fuertes" a la hora de pedir recursos ante la UE.

El de ayer fue el primer paso de un largo camino europeo que prevé estar aún más concurrido. Iglesias insistió en la apertura a nuevos miembros de un acuerdo con vocación de tener "un funcionamiento muy elástico". Un pacto abierto, añadió, con el que poder establecer acuerdos incluso con territorios que no estén en la eurorregión.

Iglesias también fue el presidente que se mostró más optimista ante las futuras incorporaciones de Andorra y Valencia. "Estoy convencido de que acabarán por integrarse", dijo.

El dirigente aragonés mantuvo ayer el optimismo incluso al abordar los dos temas bloqueados que le mantienen enfrentado con dos de las comunidades ayer presentes en Barcelona: los bienes eclesiásticos de la diócesis de Barbastro-Monzón (Cataluña) y el Archivo de la Corona de Aragón (Cataluña y Baleares). Ni Iglesias, ni Maragall, ni Matas trataron estos asuntos, aunque el aragonés puso un margen al desencuentro: "Los resolveremos en esta legislatura", anunció. No obstante, volvió a hacer un llamamiento "a que se cumpla la sentencia de Roma".