La Junta de Personal del Clínico urgirá a la dirección del centro, y por extensión al Salud, "respuestas" y "explicaciones sobre los últimos datos del registro de mantenimiento de las torres. En ellos se confirmaba que la empresa concesionaria de este servicio pedía la "sustitución" de algunas piezas de la instalación de frío, por su "estado penoso", ya en el mes de noviembre del 2003.

Los sindicatos que forman parte de esta junta se reunieron de manera "urgente" al salir a la luz el citado informe. "Hemos reclamado a la dirección del hospital que nos remita todo este registro de mantenimiento, del que no teníamos noticia hasta que se publicó su existencia en los medios de comunicación", explicó el presidente de la junta de personal, Ernesto Torcal (del sindicato SATSE), que dijo sentirse "molesto" con la actuación del centro. "Hubo un compromiso de informar a los trabajadores y, al parecer, se nos han ocultado datos".

La Junta de Personal ha estado realizando un seguimiento exhaustivo de toda la epidemia a lo largo del verano, convocando reuniones periódicas para analizar la actuación de la Administración que, hasta ahora, calificaban de "correcta" en lo que se refería a la reacción una vez se produjo la epidemia de legionela.

En concreto, el documento que ahora reclaman los sindicatos, y que tenía fecha del pasado 17 de noviembre del 2003, se refería a la situación de las torres 1 y 2, en las que precisamente apareció el brote de legionela de junio (y en las que se detectaron las nuevas cepas de finales de agosto). A pesar de la recomendación realizada por el operario que supervisó la instalación, la nueva empresa que obtuvo la concesión desde enero, Ambitec, no registró nuevas observaciones negativas sobre el estado de los separadores de gotas.

El diputado del PP Ricardo Canals hizo público este registro de mantenimiento durante la comparecencia de la consejera de Salud, Luisa María Noeno, en las Cortes de Aragón, el pasado lunes. Junto a este informe de Tercal se adjuntaban registros de la empresa que tuvo la concesión a lo largo de este año, en los que aparecían tachones y errores de fecha.

Posteriormente el Salud justificó no haber sustituido los separadores de gotas que estaban en "penoso" estado porque "sólo había un informe" que indicara estos defectos, "frente a otros cinco" en los que no hizo "ninguna observación" al respecto. Asimismo, el Gobierno de Aragón aseguró que los separadores de gotas "no tenían relación directa con la aparición de la legionela, que está en todas partes".

Este diario contactó ayer con Sibe, una de las empresas acreditadas para realizar el mantenimiento de este tipo de instalaciones en la comunidad de Castilla y León (que se rige por el mismo decreto de control de la bacteria de Aragón, ya que se trata de una legislación a nivel nacional). Su opinión coincidía con la de otros expertos, pero no con la de la DGA. "Este tipo de torres no son peligrosas en sí, siempre que se haga un adecuado mantenimiento", explicó una de las responsables de la empresa. "No es que los separadores de gotas provoquen o no que exista la legionela, pero si están en mal estado permiten que salpiquen las gotas de agua y estas son el vehículo perfecto para la bacteria. Si además, están sucias, la legionela tiene una biocapa de la que alimentarse".