El Ayuntamiento de Zaragoza ha vuelto a hacer historia. Por primera vez ha prosperado una enmienda a la totalidad que tumba de forma definitiva el proyecto de presupuestos presentado por el Gobierno municipal, de manera que decae y será el próximo gobierno el que se encargue de dar una salida a esta situación. Hasta entonces, la ciudad continuará su día a día del mismo modo, sin notar muchos cambios pero con el presupuesto del 2018 prorrogado, con la salvedad de que no se podrán hacer nuevas inversiones y ni sacar adelante las convocatorias de subvenciones y los convenios de las que se nutre el tejido asociativo y vecinal.

Nunca antes había prosperado una enmienda a la totalidad, y ayer salieron adelante dos, la del PP y la de Ciudadanos, que se votaron conjuntamente porque tenían un mismo fin: retirar el expediente de presupuestos para que se redacte uno completamente nuevo, algo que hará el próxima Gobierno porque, técnicamente, ya no hay tiempo para elaborar una nueva propuesta antes de las elecciones de mayo. Si la enmienda a la totalidad salió adelante fue por la abstención el PSOE, que consiguió que los votos de PP y Cs (14) sumaran más que los votos en contra de ZeC y CHA (11). Pero los socialistas tenían muy claro que iban a tumbarlos de una forma u otra. Y eso sucedió.

Además de las consecuencias que tendrá para la ciudad, que no podrá poner en marcha proyectos nuevos que no estuvieran incluidos el año pasado, el resultado de la votación genera un gran daño en la imagen tanto de la izquierda, totalmente fragmentada y enfrentada, como en el Gobierno, que ha sido incapaz de sacar adelante su propuesta. Por si fuera poco, el mazazo ha llegado en plena precampaña electoral.

BRONCA

La votación estuvo precedida por un debate tenso y bronco en el que las elecciones de abril y mayo marcaron el acento de cada afirmación y en el que ZeC y PSOE se batieron en duelo. Comenzó con la propuesta del PSOE de retirar el expediente con la que pretendía tener que alzar la mano en contra. Ningún partido le apoyo así que decidió retirar sus 219 enmiendas.

El concejal del PSOE, Javier Trívez, explicó que el proyecto de presupuestos incluye una serie de ingresos de «difícil cumplimiento», como son los 31,6 millones en préstamos que prevé ingresar y que el Gobierno rebaja ahora a 23. Explicó que con la decisión del Ministerio de Hacienda de computar los 189 millones de la deuda del tranvía en la contabilidad municipal la ciudad ya no podrá solicitar créditos. «Es una farsa hablar de un documento que no es serio porque contiene partidas no realizables», aseguró después de acusar al concejal de Economía, Fernando Rivarés, de ser «mentiroso» y de pedirle que se vaya.

ACCIÓN SOCIAL

El socialista explicó que con la prórroga presupuestaria la ciudad dispondrá de «726 millones», mientras que en el 2018 la ejecución fue de «714 millones». «El que hace mal a la ciudad es el que falsea las cuentas por un interés partidista», criticó en referencia a Rivarés.

El responsable de las cuentas públicas aseguró que tumbando su propuesta se «condena a Zaragoza» porque reúnen todas las condiciones para «atender las necesidades básicas, sociales, de vivienda, de igualdad y culturales» que necesita la ciudad. Consciente de que el consistorio no podrá pedir préstamos, señaló que, restando los 23 millones de deuda externa, se seguiría disponiendo de 750 millones. Respecto a la decisión de Hacienda, instó a los concejales a «decir no al ministerio». «Ni un paso atrás», clamó parafraseando el mensaje del 8-M tras asegurar que se trata de una decisión «política» del Gobierno de Pedro Sánchez que recurrirá en los tribunales.

Para el concejal de CHA, Carmelo Asensio, la decisión del ministerio «está fuera de la realidad». Fue el único que admitió que la cercanía de las elecciones son la causa de este follón. Según explicó, si no se celebrasen en un mes y medio los comicios municipales la propuesta del PSOE de retirar el presupuesto habría tenido sentido, pero la fecha electoral es la que es y tras el varapalo de ayer hasta «septiembre u octubre» no podrá volver a someterse un proyecto para este año. «Retirarlo es condenar a la ciudad, a las entidades y a las inversiones».

Desde el PP, María Navarro cargó contra el PSOE. «¿Ahora se han dado cuenta de la farsa que han sido estos cuatro años y de que la ciudad está paralizada?», cuestionó. Navarro criticó que el Gobierno de ZeC ha dejado sin ejecutar 162 millones en los últimos tres presupuestos «por su incapacidad». «La responsabilidad de la izquierda es llegar a acuerdos y no lo hacen porque estamos a mes y medio de las elecciones».

Por su parte, Sara Fernández, portavoz de Cs, explicó que su enmienda a la totalidad pretendía evitar que se aprobasen unos presupuestos «irreales» tanto en su previsión de ingresos como de gastos. «Si hubieran tenido voluntad de aprobarlos habrían sacado los 31 millones de deuda de su propuesta», afirmó. También mostró su desacuerdo con la decisión de Hacienda pero, añadió, «el ministerio manda y tendríamos que haber hecho un presupuestos realista».