El jurista Jorge Español, que representa al Ayuntamiento de Villanueva de Sijena en el conflicto por los bienes del monasterio, consideró ayer que el obispo de Lérida, Salvador Giménez, no tiene ningún obstáculo legal que le impida sacar los bienes de las parroquias aragonesas del museo diocesano comarcal donde están depositados para devolverlos a sus legítimos dueños.

En declaraciones a Efe, Español cuestionó las reiteradas afirmaciones de Salvador Giménez y de sus antecesores de no poder retirar las piezas del museo al estar catalogadas en Cataluña.

Según aseguró, el actual prelado de Lérida tiene la opción de salir del consorcio del museo local y retirar unas piezas que se hallan a título exclusivo de depósito para devolverlas a Aragón.

A su juicio, «sólo retienen esas piezas ahí la voluntad propia del obispo de Lérida y, por extensión, de la Iglesia católica de no devolver las piezas a su legítimo dueño, en connivencia con sus socios en el consorcio del Museo de Lérida, que sirve de improvisado parapeto al obispado para ocultar su desobediencia».

CATALOGACIÓN TRAMPOSA // Entre los fundamentos que apoyan su argumentación, Español citó unas afirmaciones de los exconsejeros de cultura catalanes Caterina Mieras y Ferrán Mascarell en el libro El complot, del periodista catalán Eugeni Casanova, en las que señalan que la catalogación de las piezas se hizo para impedir su devolución.

El letrado se ampara también en recientes sentencias del Tribunal Supremo que señalan que la catalogación catalana de los bienes es provisional y que se encuentran en Lérida a mero título de depósito judicial. También se refirió al artículo de la Ley de Museos de Cataluña, que dice, subrayó el abogado, que «el hecho de que un bien cultural entre en un museo catalán no modifica en nada la titularidad del mismo».

Consideró, además, que la catalogación es «nula de pleno derecho» ya que no se notificó a los propietarios legítimos de las piezas.

Jorge Español se refirió, asimismo, a una sentencia del Tribunal Supremo inglés que condenó al Museo Británico a devolver unas piezas a unos particulares al entender que no se pueden hacer colecciones con bienes ajenos. En este sentido, el letrado considera que existe incluso jurisprudencia internacional que avala la devolución de las piezas a su legítimo propietario.

A todo esto, Cataluña responde con una retahíla interminable de recursos, contrarrecursos y estratagemas judiciales que, si bien no consiguen ocultar el hecho de que usurpa unos bienes que no le pertenecen, sí consiguen crear una madeja cada vez más liada.

De esta forma, confía en que los procesos alcancen un punto en que no tengan solución o que la parte aragonesa desista en sus justas pretensiones.