El efecto del cambio climático en el Pirineo sigue sumando consecuencias negativas. Así, un estudio de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) ha confirmado que al menos cinco ejemplares de esta especie amenazada han muerto en los últimos años infectados de malaria aviar. Esto se debe al cambio de comportamiento de los mosquitos portadores del parásito que por culpa del calentamiento coinciden en la cordillera con el periodo de cría de los pollitos de la especie al comienzo de la primavera. En ese momento todavía no han desarrollado las defensas necesarias.

Los investigadores han analizado más de 800 mosquitos desde que hace siete años comenzaron a sospechar sobre una posible incidencia del parásito. Este contagio ha provocado la muerte de cinco ejemplares y otros tres presentan anticuerpos en sangre, algo que evidencia que han superado la enfermedad. De los 24 pollos de media que nacen al año en la cordillera, entre uno y tres dan positivo en malaria aviar. El Gobierno de Aragón califica la situación de «alarmante».

Hasta hace una década, el clima frío, ligado a la altitud y el ecosistema de montaña en el que el quebrantahuesos se reproduce limitaba la actividad de los mosquitos en las áreas de nidificación y por tanto la potencial transmisión de la enfermedad, en especial a las crías. Sin embargo, el aumento de las temperaturas ligado al cambio climático ha cambiado las reglas del juego. Por eso quedan expuestas a una picadura contagiosa.

El presidente de la FCQ, Gerardo Báguena, ha recordado que Aragón alberga la mayor densidad de quebrantahuesos de la Unión Europea. Por eso se realiza un seguimiento muy detallado de la especie, algo que les permitió detectar de forma temprana cómo algunos ejemplares jóvenes desaparecían con pocas semanas. Además, se detectaron anticuerpos de malaria en sangre en los ejemplares adultos. «Lo que estamos viendo sucede con el resto de la fauna con la que convive la especie, también las amenazadas, pues todas se encuentran amenzadas por una circunstancia no prevista», destaca.

La investigadora del IREC/CSIC, Úrsula Hoffel, señala que esta situación «es conocida» en otros contextos, pero que por primera vez se ha confirmado en el Pirineo. Los mosquitos y moscas negras capturadas con este parásito en sangre se han llegado a detectar en alturas de 1.500 metros en la comarca de la Ribagorza. De los 150 muestreos analizados, 31 (un 20,6%) contenían hemoparásitos del género Plasmodium. Las secuencias obtenidas identifican, en más del 70% de las muestras Plasmodium relictum, la especie habitualmente causante de la malaria aviar.

ESTRATEGIA

La investigadora explica que el siguiente paso será definir una estrategia de actuación, aunque reconoce que será difícil frenar las consecuencias de este cambio de hábitos. Sin ir más lejos, el parásito de la malaria aviar ha sido el causante de disminuciones dramáticas de poblaciones de especies tan abundantes como el gorrión común. La diferencia en el caso del quebrantahuesos es la falta de diversidad genética por los pocos ejemplares que quedan vivos. Se calcula que en Aragón nidifican unas 70 parejas. Además, es muy difícil acceder a los nidos para realizar tratamientos preventivos.

Estos resultados han sido obtenidos en el marco de un proyecto realizado por un equipo integrado por la FCQ y la Fundación Iberdrola, en colaboración con el Gobierno de Aragón, la Universidad de Zaragoza y la Universidad de Castilla La Mancha.

La directora general de Cambio Climático, Marta de Santos, celebró el trabajo realizado. «El calentamiento es indiscutible, por eso todas las entidades tenemos que trabajar unidos para fomentar la resiliencia, tenemos que ser capaces de seguir conviviendo con nuestras especies», explicó. En este sentido, el director general de Medio Natural, Diego Bayona, reconoció que se han encontrado con afecciones «que no se veían relevantes» y que ha partir de ahora es necesario tener en cuenta para proteger la biodiversidad, no solo ante el quebrantahuesos.

«Hemos confirmado que un insignificante mosquito puede acabar con un quebrantahuesos de seis kilos», lamentó el director general de Medio Natural, Diego Bayona. La primera vez que se tuvo noticia del contagio de malaria aviar en uno de estos ejemplares fue hace siete años. En esa ocasión se descubrió un pollo en uno de los nidos que se tienen monotorizados.

El animal se encontraba en estado «catéxico», casi sin masa muscular. Tras sospechar de la patología se hicieron los correspondientes análisis que confirmaron la infección. El pollito se pudo tratar in situ con antimaláricos y sobrevivió al trance.

Aragón es un espacio de referencia para la conservación de estos animales. De hecho, la DGA lleva cediendo siete años quebrantahuesos a los Picos de Europa, donde estaba extinto, y ya cuentan con 26 de estas aves, una pareja reproductora y dos más que se incorporarán en breve. Desde la fundación para la conservación de la especie temen que allí también llegue el parásito.