Máximo Valmorin, el ciudadano francés de raza negra sometido al acoso de bandas xenófobas, abandonará definitivamente Zaragoza el próximo mes de febrero. Valmorin, que regenta un local de comida preparada en el barrio de Las Fuentes, El Negrito Zumbón, anunció ayer que se instalará "en alguna ciudad de Andalucía" una vez haya resuelto el traspaso de su negocio.

"Me voy para no tener que vivir más tiempo soportando la presión y el acoso de los grupos racistas", afirmó Valmorin, que nació hace 53 años en el departamento francés de Guadalupe, en el Caribe. "Tomé la decisión de irme el pasado mes de junio, cuando recibí una carta, firmada por la Guardia Blanca de España, en la que amenazaban con quemar mi establecimiento si no me iba de la ciudad".

Desde la recepción de la carta Valmorin y su esposa española, Filo Almansa, no han sufrido ningún tipo de agresión xenófoba. Y tampoco han vuelto a repetirse los actos vandálicos que sufrió su tienda tiempo atrás, cuando personas desconocidas apedrearon las lunas y escribieron consignas racistas en la fachada.

"Una tregua engañosa"

"Esta tregua es engañosa", comentó Filo. "Lo normal hasta ahora ha sido que, después de un anónimo o un acto violento, hubiera un periodo largo de silencio hasta la siguiente agresión".

Primero, en el año 2000, alguien lanzó una tapa de alcantarilla contra una de las lunas. Más tarde, volverían a romper el mismo cristal golpeándolo con una barra de hierro. Y en el 2002 aparecieron pintadas insultantes, como España no es Africa y Negro, vete a la selva .

La Policía, que investiga las amenazas y pintadas contra Valmorin, todavía no ha detenido a ningún sospechoso, si bien todo apunta a que los agresores pertenecen a movimientos de ideología neonazi.

"La Policía hace lo que puede --reconoció el dueño de El Negrito Zumbón--, pero es muy difícil identificar a los acosadores si no se tiene ni una sola pista, por pequeña que sea, de quiénes pueden ser".

El caso Valmorin ha alcanzado en Zaragoza una gran relevancia social. El delegado del Gobierno en Aragón, Eduardo Ameijide, y el Justicia, Fernando García Vicente, recibieron la primavera pasada al hostelero de raza negra y le aseguraron que se haría todo lo posible para detener a los culpables y poner fin al acoso xenófobo de que es víctima.

Además, numerosos colectivos y muchos ciudadanos particulares han expresado su solidaridad con Valmorin mediante cartas de apoyo, manifestaciones y visitas a su establecimiento.

"Los ataques de que hemos sido víctimas --explicó Filo-- han acabado afectando a la marcha del negocio. Hemos perdido clientes, gente que ha dejado de venir por miedo a que los neonazis tomen represalias contra ellos".

"Marcharse de un sitio donde llevas varios años viviendo y donde se van a quedar dos de mis cuatro hijos siempre es duro", señaló Valmorin. "Con todo --añadió--, yo me tomo esta situación con filosofía. Pienso que en Andalucía mi mujer y yo podremos salir adelante montando un negocio similar a éste".