Los médicos de atención primaria demandan más formación y más tiempo en las consultas para poder desempeñar un papel adecuado en la detección precoz de la violencia doméstica. Recuerdan que los centros de salud son la primera puerta al sistema sanitario, por lo que se sitúan en un lugar fundamental para llevar a cabo esa detección.

"Hasta hace relativamente poco tiempo la violencia doméstica no era vista como un problema de salud. Ahora las cosas han cambiado y ya hay más conciencia sobre la necesidad de que la atención primaria desempeñe un papel intenso. En ese sentido hay grupos de trabajo muy activos en otras comunidades, aunque en Aragón aún queda bastante por hacer", sostiene la doctora Burgos, del centro de Salud de Sariñena y coordinadora de una mesa redonda sobre violencia doméstica en el XVIII Congreso Aragonés de Atención Primaria y Medicina Rural.

El gremio coincide en destacar los valores diferenciales de su sector, que deben ser aprovechados para poder realizar una detección precoz de violencia doméstica. "La atención primaria es la puerta del sistema sanitario. De ahí su importancia en este terreno", señala Leandro Catalán, presidente de la Federación Aragonesa de Médicos Titulares y de Atención Primaria (Fasamet). "La accesibilidad de los centros de salud, la frecuencia con que nos visitan, la atención continuada, la confianza que depositan los pacientes o el carácter a largo plazo de la asistencia son factores que explican el papel clave de los médicos de familia en la detección de la violencia doméstica", explica la doctora Ariño, del centro de salud de San Pablo.

DETECCION PRECOZ El papel de estos médicos frente al problema de la violencia doméstica se desempeña en varios ámbitos. Incluye la prevención primaria, que pasar por identificar personas con riesgo de sufrir maltrato o de ejercerlo, así como de situaciones de riesgo (abuso de alcohol, consumo de drogas, problemas familiares, etc.). En este caso, el papel del médico adquiere connotaciones de tipo educativo o preventivo.

Un segundo ámbito de actuación es la detección precoz, cuando se evidencian signos de maltrato y se interviene para evitar que se repitan o que vayan a más, hablando con los trabajadores sociales del centro y con las personas afectadas. El tercer espacio se sitúa en la prevención terciaria, donde el riesgo de maltrato es inmediato y a menudo agudo.

"Existen algunas claves para esa detección, como que el médico rutinice una serie de preguntas en la consulta relacionadas con la situación familiar de la persona, la existencia o no de discrepancias, la forma que tienen de solucionarlas, etcétera, que le permitan investigar si hay riesgos de malos tratos. Pero en la práctica no existe esa sistematización", afirma la doctora Burgos.

La práctica diaria de los médicos de cabecera viene marcada por dificultades de peso para ejercer ese "papel fundamental" que representan. "Se necesita formación específica, para que los médicos adquieran los conocimientos, recursos y habilidades adecuadas para afrontar el problema de la violencia doméstica", afirma Catalán. "Se ha formado mucho a los jueces, a policías, guardias civiles y a otros sectores que también tienen un papel en este ámbito, pero no a los médicos. Hacen falta cursos", señala Burgos.

Otra de las dificultades con las que se encuentran es la falta de tiempo. "Con el número tan elevado de pacientes que tenemos y los pocos minutos de consulta es muy difícil realizar la detección", denuncia la doctora Ariño. "Hay excesivas presiones de tiempo, por la saturación de pacientes y la burocratización. Las consultas son muy breves y eso repercute en la calidad del servicio, para la detección de malos tratos y para otras cuestiones", añade Catalán.

A pesar de estos obstáculos que dificultan la labor de los médicos, los facultativos cuentan con algunos recursos, como las guías o protocolos. De hecho, según ha anunciado la consejera de Salud y Consumo, María Luisa Nueno, el próximo 17 de noviembre se reúne la comisión contra la violencia de género del Comité Interterritorial, entre otras cosas para abordar la renovación del protocolo de actuación sanitaria ante los malos tratos domésticos.