Francho Chabier Mayayo acudió a las Cortes acompañado del gerente de Plaza, Jesús Andreu. Personal del departamento de Obras Públicas estuvo en el Parlamento siguiendo su comparecencia. El caso no existiría sin él. Andreu se ha convertido en su principal apoyo, el único con el que puede tomarse cañas para explicarle sus miedos.

Algunos relatos de Mayayo rozaron la novela policíaca. Contó que alguien acudió a su casa haciéndose pasar por representantes de la Casa de la Mujer de Zaragoza. Hablaron con su esposa, de origen cubano, y se interesaron si tenía los papeles, si su situación estaba regularizada. Cuando ella les pidió la documentación salieron despavoridos y casi huyeron con un vehículo que les esperaba en el portal con el motor en marcha. Los hechos fueron denunciados, y ayer relatados en la comisión de investigación. "Mi mujer está legal, pero si fuese ilegal la querría igual, ella es mi principal apoyo", dijo.

Mayayo confesó este episodio acontecido en su propia casa a modo de ejemplo de la supuesta persecución que ha vivido. Sobre todo por parte de la prensa. "He tenido cámaras de televisión siguiéndome a las dos de la mañana. Mi mujer estuvo una semana sin poder salir a la calle porque la seguían los periodistas", confesó. Aunque luego él mismo concedió entrevistas solo a medios nacionales.

El denunciante del caso Plaza se pintó durante su intervención como una víctima del sistema; una persona que decide llevar el asunto ante la Justicia --en realidad lo hizo el gerente de la sociedad, Jesús Andreu--, cuando ve los desmanes que se están produciendo mientras se cierran "hospitales, colegios y se dejan de dar becas".

Ese espíritu de buen samaritano impregnó toda su intervención. Ya lo hizo Jesús Andreu hace unas semanas, que dibujó a un Mayayo casi heróico y abnegado. Ayer negó que pidiese nada a cambio de su confesión y de todo el material documental que aportó. "Me ofende esa pregunta", le dijo a José Luis Soro (CHA) cuando este le preguntó. Explicó que su sueldo en Acciona es lo suficientemente bueno como para no tener que pedir favores a nadie. Eso sí, reconoció que este mes aún no ha cobrado.

Mayayo midió bien sus palabras. No quiso meterse en charcos. Evitó culpar a nadie, dar nombres, entrar en polémicas con el PSOE, sabedor que cualquier afirmación puede terminar en los tribunales. "No podría hacer frente a los costes porque ahora mismo tengo 200 euros en el banco", reconoció. "Mi única posibilidad sería pedir ayuda a mi familia".