Ls sedes del PP de Madrid y Barcelona se convirtieron ayer en destinatarias de la rabia contenida de los ciudadanos por la falta de claridad con la que el Gobierno viene informando de la autoría de la masacre de Madrid. De forma espontánea y convocados a través de mensajes de texto a los móviles, miles de ciudadanos tomaron las calles de los locales populares para exigir "saber la verdad antes de votar". La protesta comenzó en Madrid, pero acabó extendiéndose a la mayoría de capitales.

Miles de personas exigían una información "veraz", pedían la "dimisiones" al Gobierno y clamaban contra las consecuencias de la guerra. Ante la sede central de PP, en la calle Génova de Madrid, empezaron siendo unos 200 jóvenes apiñados. A las 20.00 horas, ya llegaban a 5.000 los concentrados, que acabaron por sobrepasar los 7.000. La concentración de Barcelona siguió un patrón similar, superando las 7.000 personas.

La masiva afluencia de personas obligó a cortar varias calles en Madrid y a cerrar la Diagonal de Barcelona. Un ingente despliegue policial mantuvo el orden y protegió las sedes, pese a la tensión reinante y a la falta de organización consecuencia de la inexistencia de un convocante.

A última hora de la noche de ayer nadie lograba saber de dónde partió la idea de protestar ante las sedes del PP contra la "manipulación" de la información que ofreció el Gobierno sobre la autoría de los atentados. El caso es que antes de las cinco de la tarde un buen número de españoles recibió en sus móviles un mensaje que les invitaba a acercarse hasta Génova, en Madrid: "¿Aznar de rositas? ¿Le llaman jornada de reflexión y Urdaci trabaja? Hoy, 13-M, a las 18.00 horas, sede PP, c/ Génova 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!". Idéntico sistema convocó las protestas de otras capitales.

"Nuestros muertos, vuestra guerra", gritaban los presentes con las manos en alto, mientras los policías incorporaban poco a poco material antidisturbios a su equipamiento. Cada media hora, una sentada silenciosa homenajeaba a los 200 muertos por el atentado del jueves. A medida que aparecían los lanzadores de pelotas de goma, los cascos y los escudos, los concentrados subían el tono hasta llamar "asesinos" a los dirigentes del PP. A pesar de la tensión, no hubo cargas policiales ni otros incidentes.

Unas 2.000 personas se concentraron ante la sede del PP en Galicia. En Bilbao, alrededor de 1.000 ciudadanos se reunieron ante la Subdelegación del Gobierno. Otros 1.500 acudieron en Valencia a la plaza de San Agustín. En torno a 1.000 personas protestaron en Sevilla.