"Uni2 le informa que, por sobrecarga, su llamada no puede ser cursada". "Uni2 le informa (...) Indique si su consulta es sobre el estado de las carreteras". "Diga sobre qué tramo o provincia de la Nacional II quiere información". "Hay retenciones entre el kilómetro 131 y el kilómetro 180 a causa de la nieve. Gracias". Esas eran todas las explicaciones que daba el contestador automático de la Dirección General de Tráfico. En el teléfono de la Guardia Civil poco más: "Problemas en el puerto de Alcolea, camiones no, coches sí, y sin cadenas. Pero ya sabes que eso es susceptible de cambiar". La realidad: cuatro horas para cubrir los 150 kilómetros entre Guadalajara y Ateca (cerca de Calatayud).

Cientos de vehículos pasaron gran parte de la noche del domingo tirados en la carretera, algunos literalmente. Mientras unos automóviles practicaban patinaje sobre ruedas en una improvisada pista de nieve y hielo, otros preferían esperar en el carril derecho de la autovía a ver si pasaba la máquina quitanieves o salía el sol en mitad de la noche, porque uno no sabía que era más probable. "Algún coche de la Guardia Civil se ve pasar, pero como el que ve llover", se quejaba uno de los conductores.

En el kilómetro 158 hacían tiempo las treinta personas que transportaba el primer autobús nocturno de la línea entre Madrid-Zaragoza. "Mañana es día laborable y muchas personas tienen que acudir a su lugar de trabajo. Además, la gente aprovecha estos días para viajar", explicó el conductor. Sin ir más lejos, entre los viajeros se encontraban Zaida (de Ceuta) y Jorge (de Melilla) que se conocieron en ese rato de espera que muchos aprovecharon para bajar y fumarse un cigarrillo. Ambos aseguraban que por su tierra no hacía tanto frío.

Un tapón de 40 kilómetros

Entre los conductores afectados, de todo, particulares, furgonetas de reparto y, sobre todo, camioneros que, o bien no advirtieron la prohibición de la Dirección General de Tráfico el puerto de Alcolea con vehículos pesados, o bien fueron los responsables de Tráfico los que no les advirtieron a ellos. Fuese de una forma u otra, los camiones hicieron de tapón para que el resto de automóviles también quedaran atrapados en largas filas a lo largo de unos 40 kilómetros hasta Arcos de Jalón, a la entrada de Aragón.

De vez en cuando, alguno se atrevía a hacer una escapada por el carril de la izquierda. Eso sí, casi nadie llevaba cadenas, unos porque no las tenían y otros porque según explicaban o no sabían o no querían ponerlas. "Ve tú delante con las cadenas para romper la nieve y nosotros vamos detrás", "déjalo, que voy a intentar pasar sin ponerlas", discutían dos conductores

Alrededor de la medianoche, la Guardia Civil obligó a los camioneros que todavía no habían quedado colapsados en el atasco a que se desviarán a las estaciones de servicio. De hecho, algunas hicieron en plenas fechas navideñas su particular agosto. "Esta tarde he llegado a tener hasta 200 clientes al mismo tiempo. Estábamos desbordados", reconocía el domingo por la noche el regente de una cafetería situada a escasos kilómetros de Medinaceli.

Pasada la medianoche, con el bar hasta los topes, ni tenía pan y tampoco comida caliente. "Si os apetece un café con leche, ofreció un camarero a unos jóvenes recién llegados. Sobre la 1.30 pasó por fin una máquina quitanieves --eso sí, en sentido Madrid--, y el encargado de la estación de servicios advirtió a los clientes para que aprovecharan la ocasión de salir. "Los primeros cinco minutos son los mejores. Esta tarde cuando ha pasado otra máquina han salido todos en bandada", explicó. Aún así algunos prefirieron esperar a que saliera el sol. Mucho más seguro.