Cuando se produce un cambio de gobierno, de forma inmediata o en pocos meses, se suceden los relevos en altos cargos institucionales, a pesar de que, en algunos casos, debería tratarse de personalidades independientes, alejadas de los partidos políticos.

Tras la victoria socialista, están en el aire los puestos del presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga; el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal; el presidente del Tribunal de Cuentas, Ubaldo Nieto; el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica; el director general de RTVE, José Antonio Sánchez; el de la Agencia Efe, Miguel Angel Gozalo; o el del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Ricardo Montoro, entre otros.

Cardenal tiene los días contados como fiscal general. Su puesto es de designación directa del Gobierno y sus cuestionadas actuaciones --la última fue impedir que se investigara el caso Tamayo que permitió que el PP arrebatara al PSOE el Gobierno de la Comunidad de Madrid-- le llevarán al cese inmediato.

UN PRESIDENTE POLEMICO A Jiménez de Parga, que fue designado bajo mandato socialista en abril de 1995, se le acaba su mandato a finales de este mes. Sus controvertidas declaraciones en contra de los nacionalistas vascos y catalanes le han colocado en una posición discutida. Los 12 magistrados del Constitucional son designados de esta forma: 4 por el Congreso, 4 por el Senado, 4 por el Poder Judicial y 4 por el Gobierno. Su renovación es parcial cada tres años. La nueva situación política con el Gobierno en manos del PSOE propiciará una previsible mayoría progresista en ese tribunal.

En el Tribunal de Cuentas, desde que gobernó UCD, es tradición que el presidente sea afín al Ejecutivo. Pero Ubaldo Nieto permanecerá en su puesto hasta noviembre, que es cuando acaba su mandato.

Aunque el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, era militante del PSOE --se dio de baja al tomar posesión del cargo--, fue propuesto por Aznar y elegido gracias a la mayoría absoluta del PP (es designado por el Parlamento). Su virulento antinacionalismo le ha alejado del PSOE, por lo que es previsible su relevo en el cargo.

Inmediatos y cantados se anuncian los ceses de Sánchez y Gozalo, a quienes los socialistas acusan de manipular los medios de comunicación públicos al servicio del PP. El PSOE ha pedido muchas veces su dimisión. En la misma situación está el director del CIS, hermano del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a quien los socialistas acusan de cocinar los sondeos en favor del Partido Popular.