Prudencia. Así podría definirse la actitud de Pablo Iglesias tras conocer los resultados electorales que les hacían perder la tercera posición y 25 diputados. En Unidas Podemos parecen ser consciente de que las negociaciones para entrar en el gobierno con los socialistas -su principal esperanza para enmendar la pérdida de votos- son una carrera de larga distancia que no se empezará a correr a plena potencia hasta después de las elecciones europeas, locales y autonómicas del 26 de mayo. Por lo pronto, el primer pasoque han dado los morados ha sido convocar a su Consejo Ciudadano Estatal para el próximo lunes con el objetivo de analizar la situación actual y fijar el rumbo de los próximos meses.

«Trabajar con paciencia y discreción» fue la receta que puso el secretario general morado encima de la mesa para alcanzar el tan ansiado acuerdo con el PSOE de Pedro Sánchez. Lejos quedaron aquellas reuniones con «luz y taquígrafos» que pedía tras los comicios del 2016 cuando, con 67 diputados y cinco millones de votos, podía mirar de frente al dirigente socialista.

Ahora sabe que el escenario es diferente. Les separan 81 escaños de los del puño y la rosa, una distancia que les resta mucha fuerza negociadora. No obstante, fuentes de Podemos aseguran que «para la estabilidad habrá que hacer pactos entre fuerzas políticas diferentes, en el Estado, autonomías y municipios».

Sin embargo, desde la calle Ferraz ya han empezado a lanzar mensajes poco halagüeños para los deseos de Iglesias. «El PSOE va a intentar un Gobierno en solitario. Pensamos que tenemos un respaldo más que suficiente para ser el timón de este barco», dijo la vicepresidenta, Carmen Calvo, en la Cadena Ser. Palabras que no recibieron respuesta alguna por parte de los morados que reunieron este lunes a su Consejo de Coordinación, un encuentro al que no convocaron a los medios y del que tan solo trascendió la convocatoria de su máximo órgano de decisión entre asambleas.

Silencio también sobre el informe privado que los analistas del Banco Santander prepararon para sus inversores, donde interpreta que «la coalición entre PSOE y Cs probablemente complacería a los mercados financieros dado que la postura liberal de Cs sería mejor recibida que el populismo de Podemos». El día después de las elecciones hay que reconocerle a Iglesias aquella premonitoria frase que dijo el último día de campaña en Valladolid: «Porque después llegan los poderes económicos y le dicen (a Sánchez): ‘¡Con el coleta no, con Rivera!’».

LAS CARTAS LOCALES

La celebración del Consejo Ciudadano Estatal el próximo lunes dará tiempo, además, a los dirigentes de Podemos para analizar la nueva situación en la que se encuentran. Por el momento, no hay porqué correr. En apenas dos semanas se dará el pistoletazo de salida a las campañas electorales para las elecciones locales, autonómicas y europeas y las conversaciones, si en ese momento las hay, quedarán paralizadas. Nadie quiere jugar su baza hasta tener todas las cartas y la correlación de fuerzas en ayuntamientos y comunidades autónomas que salga el próximo 26 de mayo puede cambiar toda la partida.

Será en esta reunión donde los de Pablo Iglesias ultimen la estrategia para este segundo asalto. Estarán presentes los secretarios generales autonómicos, los miembros de la dirección nacional y los cuarenta y dos diputados que se sentarán en la bancada del Congreso durante esta legislatura. Todos ellos con el objetivo de «impulsar» las candidaturas de sus compañeros.