Tras casi cinco horas de intenso debate, la ejecutiva del Partido Aragonés (PAR) decidió bien entrada la noche de no participar en las elecciones generales del 28 de abril. Ni en solitario ni en coalición con el PP, a pesar de que los conservadores habían hecho una oferta a la formación aragonesista calificada como «muy generosa» por los populares.

El presidente del PAR, Arturo Aliaga, fue el encargado de anunciar la decisión adoptada por el órgano del partido y avanzó que a partir de ahora centrarán «todos los esfuerzos» en las elecciones autonómicas y municipales del próximo 26 de mayo, donde los aragonesistas pueden obtener resultados más favorables concurriendo en solitario y sin perder de este modo su espacio político.

La decisión se adoptó por consenso, sin necesidad de ser votada. Eso sí, el debate no estuvo exento de tensión y opiniones dispares, aunque finalmente prosperó la mayoritaria, que consideraba que concurrir con el PP suponía una grave amenaza de desaparición para los aragonesistas, a la vez que una parte de la ejecutiva no se sentía plenamente identificada con los postulados de la nueva dirección popular, encabezada por Pablo Casado. Otras voces incidieron en la grave factura interna que podía pasarle al partido esta coalición, en unos momentos en los que además se han vivido tensiones y dimisiones en la organización.

La oferta del PP era, a priori, suculenta: ofrecían el número dos al Congreso por las tres provincias al PAR. Una garantizaba escaños a los aragonesistas que, de otro modo, tendrían imposible. Eso sí, según varias fuentes, sobre la mesa nunca existió la posibilidad de extender la coalición más allá de las elecciones generales. Y aunque en su día se barajó la posibilidad de cederle también senadores, finalmente esta propuesta no terminó de cuajar.

«Las decisiones tienen que ser meditadas, habladas y reflexionadas», aclaró Aliaga, quien se mostró «satisfecho» con la decisión, porque al final el PAR «siempre» encuentra «el camino» que piensa que es mejor para el futuro de Aragón y del propio partido.

Aliaga, cuyo carácter suele ser conciliador y dialogante, restó importancia a la duración de la reunión y a las tensiones que se han vivido en las últimas semanas en el seno del partido. Al respecto de la ejecutiva de ayer, destacó que que todo el mundo había hablado «con el corazón» y se habían contrastado puntos de vista, para «convencer unos a otros, contrastar y llegar a una conclusión de todos».

De este modo, destacó que se centrarán en cerrar las candidaturas a más de 450 alcaldías y en hacer una buena campaña autonómica que les permita obtener unos buenos resultados en las Cortes de Aragón. De hecho, el papel del PAR el 26 de mayo puede ser decisivo a la hora de confeccionar mayorías, ejerciendo su habitual papel de partido que sustenta coaliciones de Gobierno. Por este motivo, no cerró la puerta a que un acuerdo postelectoral con el PP sea posible. De hecho, desvinculó cualquier opción al rechazo a la oferta para las generales. «No presupongamos nada», sentenció. Cuando se conozcan los resultados de las generales, ha dicho, el PAR decidirá lo que convenga a los intereses de Aragón y del PAR. Y es que, según Aliaga, la realidad política de 2015 no es la misma que la de 2019, y las decisiones en el PAR se toman «en el Coso» y no en Madrid. De este modo, el PAR, ha concluido su presidente, ha tomado una decisión para «defender el aragonesismo moderado de centro». Y la mayoría de los aragonesistas consideraron ayer que esta defensa no es compatible con los postulados de Pablo Casado, con el que Aliaga ha conversado pero con el que no tiene la misma sintonía personal que llegó a tener con Mariano Rajoy.