La fuerte granizada que el viernes cayó sobre Calamocha y sobre parte de la comarca del Jiloca provocó daños en una superficie de entre 7.000 y 10.000 hectáreas de cultivos, según explicó el alcalde, Joaquín Peribáñez.

Concejales y personal de los ayuntamientos afectados recorrieron ayer la zona acompañados por agricultores para efectuar una primera valoración de los daños. Estos, según indicó Peribáñez, se situarán en una horquilla de entre siete y ocho millones de euros.

Los cultivos más afectados son el cereal de secano --principalmente cebada y, en menor medida, trigo-- y el maíz de vega, al que están dedicados unos cientos de hectáreas de la ribera del Jiloca en la que este año se preveía una cosecha de entre tres y cuatro toneladas por hectárea.

INTENSIDAD "La tormenta fue muy intensa, muy dura y muy prolongada", explicó Peribáñez, que anotó que la descarga de pedrisco se prolongó por un espacio de aproximadamente diez minutos. Las piedras alcanzaron tamaños superiores a los de una nuez y cayeron acompañadas por poca agua, lo que hizo que los daños que provocaron fueran elevados.

La tormenta empezó a descargar por la zona de Villafranca y Monreal para desplazarse hacia Calamocha y después seguir hacia el norte, a la zona de la Laguna de Gallocanta y los municipios de sus inmediaciones.

Peribáñez explicó que en los próximos días el ayuntamiento estudiará las vías para solicitar ayudas para los agricultores afectados y la posibilidad de pedir la declaración de zona catastrófica, aunque las estrecheces presupuestarias de las administraciones no hacen prever un resultado halagüeño.

El Ayuntamiento de Calamocha celebra el próximo jueves un pleno ordinario en el que, en principio, será debatida alguna propuesta relacionada con la tormenta de granizo y sus efectos.

La localidad turolense mantuvo ayer los actos previstos en las fiestas de uno de sus barrios, una cena de hermandad seguida de una verbena.