El PNV fue el claro vencedor de las elecciones generales en Euskadi, tras recuperar la hegemonía que le había arrebatado Podemos en el 2016. Los peneuvistas obtuvieron el 31% de los votos, con lo que ganan un escaño y logran seis representantes, que le garantizan un peso muy relevante en el Congreso de los Diputados. Las otras tres formaciones políticas que logran representación han conseguido cada una cuatro escaños, pero con distintas inercias.

Mientras la formación morada pierde dos y queda en tercer lugar en porcentaje de voto, los socialistas logran superar al partido de Pablo Iglesias pero, sobre todo, consiguen frenar la caída de representación de las últimas citas electorales.

La cara y la cruz en Euskadi han sido los dos principales antagonistas políticos de las últimas décadas: mientras el Partido Popular vasco se ha quedado sin representación en el Congreso de los Diputados por primera vez desde 1979, la coalición independentista EH-Bildu ha duplicado sus asientos, al pasar de dos a cuatro.

Esta subida tiene una especial relevancia cuando su peso en el País Vasco y en la Comunidad de Madrid estaba en retroceso tras la irrupción de Podemos en el panorama político.

Con estos resultados, el voto nacionalista en Euskadi suma 10 de 18 escaños. Además, el PNV se ha impuesto en los tres territorios vascos y logra además nueve senadores en un contexto político polarizado que n o le favorecía.

Como ha ocurrido en el conjunto de España, la convocatoria del 28 de abril ha logrado movilizar a gran parte del electorado vasco que se abstuvo en los anteriores comicios generales, ya que la participación se ha elevado hasta el 74,48%, nueve puntos más que en el 2016.

Pese a su buen resultado, los socialistas vascos esperaban capitalizar aún más el efecto Pedro Sánchez y el voto útil contra las formaciones de derechas. Y no lo ha logrado plenamente porque Podemos ha llevado a cabo una campaña electoral de menos a más, frenando una caída que se preveía más acusada.

En todo caso, en Euskadi la derrota llevó anoche las siglas del PP. La fragmentación del voto de centroderecha, sobre todo en Álava, ha dejado a Javier Maroto sin escaño, tras una reñida pugna con EH Bildu. Y como se esperaba, Ciudadanos y Vox han quedado muy lejos de obtener representación.