La primera cita formal del Partido Popular y Ciudadanos tras las elecciones del 26-M en Aragón transcurrió ayer en un ambiente idílico, con los populares asumiendo íntegramente el decálogo ideológico de bases aprobado por la formación naranja en su ejecutiva nacional y añadiendo algunas pinceladas de su cosecha. Una buena sintonía que sorprendió a los propios líderes autonómicos, Daniel Pérez Calvo y Luis María Beamonte, y a la que esperan que se sumen Arturo Aliaga y el PAR. Será con un documento nuevo y adaptado, porque a priori, mucho aragonesismo habrá que meterle a un documento-plantilla para todas las comunidades autónomas para atraer al PAR.

Por si quedaba alguna duda de la estrategia negociadora de la alianza PP-Cs, ayer ambos dirigentes la dejaron clara. Obviarán a Vox como posible socio de Gobierno, en favor del PAR, de forma que sean los ultraderechistas quienes se vean abocados a elegir, en una votación de investidura, entre apoyarles o abstenerse y dar vía libre a la izquierda.

La estrategia es común, pero tiene sus matices. Mientras Pérez Calvo descartó rotundamente a Vox, porque considera que hay una «incompatibilidad clara» entre los principios de la ultraderecha y los suyos, Beamonte estuvo menos incisivo, y resucitó la comparación con Podemos. A su juicio, igual que se dio «carta de naturaleza» a la presencia de «la extrema izquierda» en las Cortes, y él llamó a Nacho Escartín cuando fue elegido (que no al revés), se debe aceptar la presencia de Vox y dialogar con ellos. Algo que ya ha hecho, dijo, pero sin quedar «en nada».

En la escenografía de ayer tras la reunión, en el hotel Vincci Zentro de Zaragoza, llamaba la atención el protagonismo de Ciudadanos pese a tener menos votos que el PP. Tanto fue así que no solo compareció primero Pérez Calvo, sino que el documento de la negociación solo llevaba el membrete de la formación naranja, y fue el que ellos aprobaron en Madrid, con medidas «que cualquier formación moderada y liberal» podría apoyar, según el líder de Cs, de defensa de la unidad de España, fiscalidad baja e igualitaria o libertad educativa, entre otros. Beamonte se esforzó en señalar que ellos también habían aportado elementos como sus leyes de mecenazgo, voluntariado o pactos por la sanidad.

PUERTA ABIERTA

Probablemente la clave de estas cortesías populares esté en que su única opción de Gobierno pasa por Ciudadanos, mientras a estos aún les quedaría la bala del PSOE. Tras la reunión, Pérez Calvo no fue tan claro, pero por la mañana, antes de la primera reunión de su grupo parlamentario en las Cortes, afirmó que no tienen que abrir la puerta a los socialistas «porque nunca ha estado cerrada», aunque su opción preferente sea la alianza de centro-derecha.

En cualquier caso, las conversaciones para esta última comenzaron con buen pie, con acuerdos «desde el minuto uno», dijo Pérez Calvo, en temas como la abolición del impuesto de Sucesiones o la despoblación. Desde hoy comenzarán a configurarse las mesas de negociación de programa, primer paso para el «momento morboso», como lo calificó Beamonte, de negociar sillones. Mientras tanto, ambos hablarán con el PAR, aunque ayer por la noche los aragonesistas aún no habían recibido la llamada.

La reunión estuvo tutelada por el secretario de Organización del PP, Javier Maroto, y el secretario de Acción Institucional de Cs, José María Espejo, inaugurando en Aragón la ronda de negociaciones autonómicas. Pese a la importancia de la cita, ninguno de los dos tuvo a bien comparecer ante los medios oficialmente.

A la salida del hotel, Maroto sí explicó, en declaraciones recogidas por Efe, que estaba «muy contento» porque vio en Cs «disposición» para extender acuerdos por toda España. Incidió en que en Aragón hay «buenos ingredientes» para que se pueda producir el acuerdo, incluso a la andaluza, con apoyo de Vox, aunque insistió en que hablaba de todas las autonomías.