El PSOE (4.687 votos) fue el único partido que consiguió sumar en Teruel respecto a la consulta del 99, pero este incremento no le sirvió para salvar la enorme distancia que mantenía el PP, que perdió 1.200 votos pero que, gracias a la abstención, ganó el 1.5%. Los resultados obtenidos por los socialistas suponen no obstante un parón en su escalada respecto a los generales de marzo. Si en aquella ocasión incrementaron su base electoral en un 50% respecto a la consulta del 2000, los de ayer apenas suponen un 5% sobre los anteriores comicios europeos.

Mayor ha sido la pérdida del PP (5.932 votos). que sólo ha podido arrastrar a las urnas al 60% de los votantes de hace tres meses. No obstante, casi la mitad de los electores, el 49,68%, volvió a depositar su confianza en los populares, que se vieron favorecidos por la baja participación (47,38%).

Por otra parte, CHA (441 votos) releva por primera vez al PAR (340) como tercera fuerza política de la capital turolense, aunque sólo haya obtenido poco más de un tercio de los sufragios que reunió hace tres meses y el 80% de los de 1999. Si nos remontamos a anteriores consultas, los nacionalistas sólo ha logrado 80 votos más que en las legislativas de 1996, cuando comenzó su ascensión.

Salvó el ligero repunte de los socialistas, el descalabro ha sido general para todos los partidos, que en algunos casos han perdido más de la mitad de los electores que depositaron su confianza en ellos hace unas semanas. La pérdida más significativa es la del PAR, que no ha llegado a retener ni el 25% de los sufragios de 1999 y que se ha quedado muy alejado de los resultados del pasado mes de marzo. En las sucesivas consultas desde el año 1999, los aragonesistas siempre habían superado el millar de votos en Teruel, con independencia de la abstención, nunca había bajado del millar de sufragios.

IU (294 votos), que se presentaba en coalición Los Verdes, también parece haber tocado fondo desde que entrara en franca decadencia en 1996. Desde entonces se ha estabilizado como quinta fuerza política, aunque la baja participación le ha permitido reducir las distancias con CHA y PAR. No obstante, los resultados de Izquierda Unida en Teruel siempre han sido pobres, muy por debajo de su base electoral en el resto de Aragón y del país.

Un análisis resulta muy complicado ante los elevados índices de abstención registrados, que suponen un incremento de 14 puntos en relación con los comicios europeos del 99, y de 40 respecto a las generales de marzo.

En Teruel, como en el resto de España, ha funcionado el mensaje de revancha del 14-M en el que se han apoyado las campañas del PSOE y PP y que ha barrido las expectativas que podían haber albergado el resto de los partidos. Las dos grandes formaciones políticas se han quedado con el 88,93% del total de los 11.983 votos emitidos, dejando las sobras para el resto de los aspirantes.

Este resultado supone que se han agrandado las diferencias que separan en la capital turolense a las dos primeras formaciones con los otros partidos políticos del panorama aragonés, que pasan a tener un papel marginal. En este sentido, Teruel es el más claro reflejo de la bipolarización que ha barrido como un vendaval las aspiraciones pluripartidistas de los minoritarios, que confiaban en que las tendencias que se registran en los países europeos de democracia avanzada, y no tan avanzada, pudieran abrir una vía de respiro en el bipartidismo español.