Una mayor participación, el castigo infligido al PP por sus votantes y el trasvase de sufragios útiles de Izquierda Unida han sido las tres circunstancias que han hecho posible que el PSOE haya barrido en Zaragoza y Huesca y haya acortado distancias en Teruel.

La formación socialista ha sido la única que ha experimentado un crecimiento notable en las tres capitales de provincia y, aunque en Teruel no ha conseguido arrebatar el liderazgo a los populares, se ha quedado a poco más de un millar de votos de conseguirlo.

RECUPERAR APOYOS En Zaragoza capital, la obtención de más de 58.000 papeletas que en los anteriores comicios ha supuesto para los socialistas la recuperación del voto de unos barrios que, aunque tradicionalmente de izquierdas, giraron a la derecha en el 2000. Esta circunstancia, unida a un aumento de participación del 6% y al tradicional traspaso de votos que recibe de Izquierda Unida cada vez que se hace un llamamiento a ejercer el voto útil, han permitido a los socialistas recuperar el espacio perdido.

El PP ha sido castigado con la pérdida de 35.292 votos (aunque no se ha resentido en feudos como los barrios de Centro, Casco Viejo y Universidad) mientras que Chunta Aragonesista ha continuado su ascenso, con un incremento de 9.210 sufragios. Estos resultados son los mejores de su historia y, según los nacionalistas, están estrechamente vinculados a su gestión en el consistorio zaragozano, donde gobiernan en coalición con el PSOE desde julio pasado. En estas legislativas, el PAR ha logrado 1.400 papeletas más que hace cuatro años, pero no han contribuido a recuperar el escaño que perdió en el 2000, tras 18 años de permanencia en el Congreso.

En Huesca capital, las urnas han permitido a los socialistas recuperar e incluso superar sus mejores resultados, obtenidos en 1996, y alzarse con el 46,38% de los votos. En la capital altoaragonesa no se puede decir que haya obtenido la ayuda de IU, pero sí probablemente la de Chunta Aragonesista que, por primera vez desde 1993, ha experimentado un mínimo retroceso en la confianza de sus votantes.

Esta cita electoral ha conseguido movilizar a un mayor número de oscenses, cuya participación ha aumentado ocho puntos sobre la registrada en el 2000, hasta alcanzar el 77,34%, igualando así los índices de Teruel y Zaragoza, establecidos en el 77,37 y el 77,92% respectivamente.

LA SORPRESA Los resultados de Teruel han supuesto toda una sorpresa, sobre la que ya experimentó el PP en las elecciones generales del 2000. Aunque los populares se han mantenido como la formación más respaldada, con el 45,66% de los votos, los socialistas han logrado acortar distancias situándose a solo 1.700 sufragios. De los 1.287 votos perdidos en la legislatura 1996-2000 han pasado a recuperar casi 3.000, convirtiéndose en el segundo partido más respaldado.

Por primera vez, el PAR reduce ligeramente sus apoyos electorales en Teruel, donde hasta ahora gozaba de un tranquilizador colchón que en esta cita electoral se ha visto recortado. De forma paralela, CHA ha logrado un destacado aumento de los respaldos en una ciudad que, hasta ahora, no se había mostrado excesivamente receptora con esta formación. La gran afectada, por el voto útil, ha vuelto a ser IU, que sigue su sangría en beneficio de otros partidos de izquierda.