El PSOE dejó claro ayer, tras hacer oficial el pacto con el PAR sellado hace una semana tras irse fraguando hace más, que su apuesta por un Gobierno «moderado y transversal» tiene las miras apuntando a la derecha. En Ciudadanos, concretamente. Le tocó al flamante socio de los socialistas, Arturo Aliaga, animar a la formación naranja a negociar, reiterando que es la opción «más lógica» para conformar el próximo Ejecutivo. Pero el líder de Ciudadanos en Aragón enfrió las esperanzas de una triple alianza, desairado por un desplante de Aliaga, tras anunciar el acuerdo por sorpresa cuando acababa de hablar con él. El malestar de Pérez Calvo, ayer, era más que evidente.

Lambán y Aliaga escenificaron n una hora de reunión en las Cortes, un pacto tan firme que, desde ahora, deben sumarse las formaciones que quieran adherirse. Aunque no cerraron la puerta a nadie que se considere ubicado en la «centralidad, moderación, transversalidad», el único al que mencionaron específicamente fue a Ciudadanos, para entrar, y a Vox, para no hacerlo.

GENÉTICA

Aliaga, de hecho, reiteró que, «con respeto a los votantes» de la formación ultraderechista, la sigue considerando que hay una «incompatibilidad manifiesta entre el ADN del PAR y los planteamientos de Vox». Una diferencia que no ve con el trasvasismo y la recentralización parcial de Ciudadanos. Ni Lambán con el PAR, que no le ha apoyado ningún presupuesto en la anterior legislatura y ha rechazado con rotundidad algunas de las iniciativas del PSOE y de CHA, que ayer también mostró una posición ambigua ante un posible gobierno «aragonesista».

Del contenido del acuerdo entre Aliaga y Lambán, pocos detalles dieron. Aliaga mencionó algunos objetivos comunes, como «la bilateralidad, los fondos europeos o las inversiones», pero afirmó que ni siquiera habían tenido tiempo de hablar de instituciones. Entre otras cosas porque falta negociar con otros partidos.

Entre ellos, y preferentemente, el que lidera «un señor al que el resultado electoral ha puesto en una posición importante para la definición de la futura estabilidad del Gobierno de la comunidad», como definió Lambán a Daniel Pérez Calvo. El mismo que en campaña era «el chico de Ciudadanos» que no tenía «ni puta idea» cuando criticaba la fijación de la DGA con China.

Pero el chico no está por la labor. Pese a la brillantez de la maniobra política de PSOE y PAR, que cerraba la posibilidad de un gran acuerdo de derechas y a la vez garantizaba un papel principal a los aragonesistas («yo no permitiría que se quedaran fuera del Gobierno», dijo Lambán), Pérez Calvo no tardó en oscurecerla cuando se enrocó en sus negociaciones con el PP. Una posición acorde con la de su líder en Madrid, duro con el PSOE nacional, pero que puede ser más laxo en sus declaraciones cuando se trata del PSOE en otras comunidades.

El líder autonómico de Ciudadanos mantuvo que no se sentará a negociar con el PSOE y el PAR, «de momento», «en tanto en cuanto mantengo al PP como socio prioritario». Un Partido Popular que, inasequible al desaliento, sigue con la intención de reunirse con el PAR, a solas, el lunes.

Primero tendrá que pasársele el evidente enfado que tenía ayer con Aliaga. De hecho le responsabilizó del anuncio, «no al PAR», porque según dijo le habían llamado varios «destacados dirigentes» del partido, tan «sorprendidos» como él por la alianza. Fuentes de la formación desmintieron esta sorpresa, pues, según explicaron, la postura había sido mayoritaria y difundida en los comités intercomarcales, aunque falte ratificarla en la Ejecutiva. Cierto es que no hay nada firmado; «en Aragón no hace falta», como dijo Aliaga.

El líder autonómico de Ciudadanos consideró un por ahora imperdonable desaire haber hablado ayer por la mañana con Aliaga, y quedado en cerrar una cita para negociar, y encontrarse con el anuncio. Por el momento se cerró a cualquier negociación (no a estudiar documentos) con un Aliaga que ha «dinamitado» el pacto «moderado y liberal». «Si nosotros tenemos que estar en la oposición, estaremos en la oposición. Somos un partido de Gobierno, lo que no somos es un servicio de teleasistencia», advirtió.

CHA, ABIERTA

El que hasta ahora había sido el socio del PSOE, CHA, no se ha tomado a mal su cambio de bando aragonesista. El presidente del partido, José Luis Soro, hablaba en tono triunfalista de que se están cumpliendo «sus objetivos», que no hubiese un Gobierno «ni con Vox ni con Cs». En cuanto a su incorporación a un Ejecutivo a tres (o más) bandas, no quiso valorarlo hasta que no le presenten «una propuesta concreta». Están dispuestos a entrar, «pero no a cualquier precio». Empezar con el PAR, cree Soro, era «lo lógico» para romper un acuerdo de derechas.

Menos complacientes en Podemos, y rotundamente en contra IU. Ambos reprocharon a Lambán que no haya trabajado para alcanzar un acuerdo, posible, con la izquierda. Lo mismo, pero al revés, puede esperarse de los tres diputados de Vox. Iván Espinosa de los Monteros, portavoz en el Congreso, desdijo a los líderes autonómicos (que rechazaron apoyar un Gobierno sin negociar) y afirmó que «no van a dificultar las cosas» para echar a Lambán de la DGA.