Javier Lambán y Arturo Aliaga presentaron ayer en sociedad el acuerdo de bases programáticas en el que se sustentará «la formación del futuro Gobierno de Aragón» en los próximos cuatro años con el PSOE y el PAR como protagonistas. Un «paso decisivo y que no tiene vuelta atrás», en palabras del secretario general de los socialistas, pero a la vez un documento «abierto» a la negociación con otros grupos políticos.

Otras formaciones que, por la confección del texto y a la espera de lo que deparen las próximas negociaciones, tendrían que ser de centro-derecha para avenirse a firmarlo. Recoge una fiscalidad «por debajo de la media estatal», con bonificaciones a Transmisiones Patrimoniales o Actos Jurídicos documentados, con «convivencia pacífica» entre la escuela pública, concertada y privada, con ampliación de estaciones de esquí, con defensa de grandes proyectos como Motorland, con autopista eléctrica con Francia, más inversión en carreteras...

En suma, que poco tendría que cambiar Ciudadanos para rubricar este pacto, como mucho matices en la defensa de las comarcas. Incluso el PP, si no fuera porque no puede ser. El que no tiene cabida es Vox, dadas las abundantes referencias a la defensa del autogobierno (incluso con más competencias) y la izquierda, por mucho de lo expuesto. Pero la formación naranja continúa negándose a sentarse en una mesa con el PSOE y el PAR.

Y si es por este último, lo que quedó más claro ayer en la presentación de estas bases en las Cortes es que el PAR estará. «Si alguien propone que no esté, el PSOE se levantará de la mesa», sostuvo, tajante, Javier Lambán, ante las preguntas de los periodistas. Del resto de adhesiones, no opinó demasiado. Aludió a que «la traducción lógica» de los resultados de las elecciones del 26 de mayo «obligaba al diálogo, a la centralidad» y a un Gobierno «transversal e instalado en la moderación», lo que necesariamente incluye al PAR y sus «hábitos de diálogo» en Gobiernos de distinto signo.

Lambán manifestó su «indignación» con las noticias de otros partidos (Ciudadanos y el PP) que hacían referencia a «usar Aragón como moneda de cambio» con otros Gobiernos, de forma «frívola». Algo que a su juicio «ofende la dignidad de Aragón, al menos ofende mi dignidad».

Poco después, Aliaga mostraba su adhesión a esta crítica a los partidos que deciden desde la capital de España, y explicó que el pacto de PSOE y PAR cuenta con el beneplácito del secretario de organización socialista, José Luis Ábalos, al que visitaron anteayer en Madrid. El propio dirigente socialista propuso abrir una «agenda aragonesa» para debatir inversiones concretas, agregó Lambán. De hecho, los fondos estatales (y de la UE), incluida la reforma de la financiación autonómica, serían clave para la prestación de los servicios e inversiones propuestos, dada la baja presión fiscal.

Aliaga negó cualquier posibilidad de salirse de este pacto, incluso para abstenerse y facilitar un Gobierno de izquierdas. En defensa de su apoyo firme al PSOE, ironizó con las ofertas que, «por tierra, mar y aire, y hasta en submarino», le han llegado de otras formaciones, que no precisó. «Ya lo contaré en mis memorias, si las escribo», bromeó. Con el único que no ha hablado de puestos es con Lambán, aseguró.

Este, a su vez, calificó como «delirante» que haya negociado ofrecer a Podemos la presidencia de las Cortes, porque «para hablar de puestos hay que saber qué partidos habrá en el Gobierno».

El pacto está abierto a todas las formaciones salvo a Vox, «sin frentismos ni bloques», afirmó Aliaga. Parece difícil que Podemos entre (aunque han quedado el lunes), pero sobre Ciudadadanos y el condicionante de los pactos municipales con el PP, Lambán le quitó hierro. «A mi me gustaría que el sábado Pilar Alegría fuera alcaldesa, y Luis Felipe y Samuel Morón, alcaldes», afirmó. «Pero después empieza otra etapa», incidió, para la constitución de la mesa de las Cortes, primero, y del Gobierno de Aragón.