El parque automovilístico aragonés anda algo encendido estos últimos días. Con el litro de gasolina de 97 octanos a un paso de que alcance el euro, el incremento que están experimentando los carburantes no ha pasado desapercibido para nadie. Así, mientras los transportistas --principales afectados-- se quejan de la elevada repercusión que supone el encarecimiento del combustible en sus costes, el usuario general llena el depósito con la sensación de que cada euro de repostaje cunde menos a medida que pasan las semanas.

"El continuo aumento del precio del gasoil nos tiene negros. Esto es una ruina", apunta Jesús Ballarín, transportista de profesión, mientras llena el depósito de su coche en la estación de servicio de la avenida de Valencia de Zaragoza. Ballarín explica que, en los dos últimos años, sus costes se han incrementado en unos 600 euros debido al encarecimiento del gasoil. "Mientras tanto, el trabajo es el mismo y ese aumento no lo podemos repercutir en el coste del porte, ya que nuestros precios ya están altamente ajustados debido a la elevada competencia que hay en el sector", añade el transportista, que considera que el carburante de este colectivo debería estar subvencionado igual que el de los profesionales de otras actividades.

"Somos los que más gastamos y, como mucho, podemos jugar con los descuentos de escasos céntimos que nos hacen en algunas estaciones, pero que no solucionan el problema", subraya. Por eso, dice que cada vez es más habitual ver a transportistas que aprovechan los viajes a Navarra --donde el combustible es más barato-- para llenar el depósito. "Como esto continúe en la misma línea, me veo trabajando en bicicleta", comenta Jesús Sangrós, cuya actividad, también depende de su vehículo.

La chispa de alarma también ha saltado entre el resto de usuarios. "Claro que hemos notado el aumento del precio y más que lo haremos si imponen el céntimo de la sanidad", explica José Soler, en la estación de servicio zaragozana. La opción de otros ante el encarecimiento del carburante ha sido moderar el gasto. "Desde hace varios meses veo como cada vez me cuesta más dinero llenar el depósito, así que terminas frenando los viajes y no saliendo tan alegremente como lo hacías antes", explica Javier Muñoz.

Del mismo modo, aquellos que echan una cantidad fija en euros también han percibido que sus recargas cada vez cunden menos, lo que les obliga a visitar la gasolinera con más frecuencia que antes, como afirma Jesús Marín. Sin embargo, hay quien asegura no haberlo notado en exceso. Es el caso de aquellos que cogen el coche menos a menudo. "No obstante, si tuviera que depender del vehículo a diario, me fijaría más", comenta David Requena.