La aerolínea Ryanair, en el punto de mira por las huelgas que la tripulación de cabina (TCP) ha convocado este miércoles y jueves, presentó ayer los resultados de su primer trimestre fiscal, en los que ha reducido sus beneficios un 20%, lo que le sirvió de base a la compañía para amenazar con que si las huelgas se llevan a cabo revisará su plan de invierno con posibles cancelaciones y despidos.

«Si estas huelgas innecesarias continúan perjudicando la confianza del consumidor y los precios y rentabilidades en ciertos mercados nacionales, tendremos que revisar nuestro programa de invierno, lo que puede conllevar reducciones de flotas en determinadas bases y pérdida de empleo en mercados en los cuales los empleados competidores están interfiriendo en nuestras negociaciones con nuestra gente y sus sindicatos. No podemos permitir que los vuelos de nuestros clientes sean innecesariamente interrumpidos por una pequeña minoría de pilotos», precisó la compañía en un comunicado.

Ryanair señaló que tras firmar varios acuerdos laborales en sus principales mercados (Reino Unido e Italia, y en Alemania para los TCP), el progreso ha sido más lento en los mercados más pequeños como Irlanda, donde los pilotos convocaron una huelga en julio; y España, Bélgica y Portugal, donde está convocada los días 25 y 26 de julio por los tripulantes de cabina, a pesar de la decisión de la empresa de cancelar 600 vuelos en esas fechas. «Seguimos participando activamente con los sindicatos de pilotos y tripulantes de cabina en toda Europa, esperamos más huelgas durante el período álgido de verano ya que no estamos dispuestos a ceder a las demandas irracionales», precisó Ryanair.

En España, la Dirección General de Trabajo ha citado hoy a los sindicatos USO y Sitcpla para «abordar» la situación para «salir con un acuerdo», según el representante de vuelo de USO, Ernesto Iglesias, quien consideró que la firma de acuerdos en otros países ha animado a Trabajo a volver a intentarlo.

Los sindicatos se quejan de que Ryanair ha llegado a acuerdos en otros países como Alemania y, sin embargo, en España «no lo hacen». «En Alemania sí aceptan someter los contratos a la legislación alemana, pero aquí no», sostiene Ernesto Iglesias. Y protestan sobre la vuelta «al chantaje» por parte de la compañía, como ya hizo el miércoles pasado en la reunión mantenida en la Dirección General de Trabajo cuando amenazó con irse de España, según anunciaron a su salida los representantes sindicales.

En el aeropuerto de Zaragoza, la huelga de tripulantes de cabina de Ryanair solo ha afectado a dos vuelos. El que salía de Zaragoza con destino a Palma de Mallorca mañana a las 14.15 horas y el que venía de la misma ciudad a las 13.50 horas. Ambos ya fueron cancelados la pasada semana. Durante las dos jornadas de paro, Ryanair opera otros vuelos con destino u origen desde Zaragoza. Concretamente, hay uno a Londres tanto mañana como el jueves, mientras que el primer día de huelga vienen dos aviones: uno de Milán y otro de Nápoles.

A la huelga de tripulantes de cabina se suma una demanda en la Audiencia Nacional que ultiman los pilotos del Sepla reclamando los mismos derechos que sus compañeros tripulantes de cabina (TCP): ajuste al derecho laboral español y que reconozcan la sección sindical. Tras cinco reuniones con la compañía no han llegado a acuerdos.

Se le acumulan los problemas a Ryanair con el anuncio ayer de una reducción del 20% en sus beneficios (319 millones) en el primer trimestre fiscal respecto al 2017, debido a las tarifas más bajas, la Semana Santa en el trimestre anterior, el alza del petróleo y los costes de los pilotos. Sin embargo, la aerolínea aumentó su tráfico un 7%, hasta 37,6 millones de vuelos, a pesar de los más de 2.500 vuelos cancelados.