Los líderes autonómicos de CHA y PSOE, José Luis Soro y Javier Lambán, sellaron ayer su pacto de 50 medidas para la investidura de este como presidente del Gobierno de Aragón, algo de lo que está a cuatro escaños de distancia de lograr. En el acto de la firma del acuerdo, en las Cortes, Soro se postuló para prolongar su coalición de Gobierno con el PSOE de la pasada legislatura, que a su juicio ha sido bueno para los aragoneses, como han demostrado los resultados electorales autonómicos para ambas formaciones. Pero no ha sido una «condición» para la firma de ayer, aseguró, y Lambán rehusó entrar a hablar de sillones de momento.

Los tres votos de CHA, junto a los tres del PAR y los 24 del PSOE arrojan la suma de 30, a cuatro de la cifra mágica que daría la mayoría absoluta a Lambán para la investidura, por lo que todo sigue pasando por los cinco de Podemos. Y sobre estas negociaciones, Lambán reiteró que están transcurriendo «con mucha fluidez y buena voluntad», por lo que esperan cerrar un acuerdo «la semana que viene, por imperativo temporal», estando su debate de investidura fijado para el martes y miércoles de la siguiente.

IZQUIERDA

Pero no se olvidó de IU, que aunque no sea «aritméticamente imprescindible», sí es «políticamente» necesario para él que se vincule al pacto. Las conversaciones para ello, sostuvo, están «muy avanzadas». Todo ello pese a que por dos veces, tanto él como Soro hablaron de cuatro partidos, no cinco, en el apoyo de investidura. Un lapsus por el que se disculparon.

A juicio de Lambán, según sostuvo ante los medios, el pacto que se está fraguando entre los grupos de izquierda y el PAR «no sé si es susceptible de estudiarse en la universidad, pero algunos exalumnos de Ciencias Políticas de la Complutense sí deberían tomarlo como referencia», ironizó, en referencia a las dificultades de Pablo Iglesias para llegar a acuerdos con Pedro Sánchez en Madrid.

Sobre esta situación, o la que se dio en La Rioja con el voto de la diputada de Podemos, confió en que no afecten a Aragón, cuyas circunstancias son distintas.

Estrictamente sobre el pacto con CHA, Lambán consideró que su «sintonía» con la formación de Soro derivaba de haber conseguido juntos que Aragón «vuelva a funcionar», pese a que los aragonesistas no fueran su primera opción, ni siquiera la segunda, para la investidura. Incidió en que la situación política no está para «frentismos» ni para «enfrentamientos basados solo en la ideología», máxime cuando en las Cortes ha entrado una fuerza, «con toda la legitimidad», que «pretende la abolición del Estado autonómico».

En la misma línea, y al ser preguntado en dos ocasiones por la contradicción ideológica de su alianza, aunque sea de investidura, con el PAR, Soro consideró que «tal y como está la correlación de fuerzas, no te puedes abrazar al tarro de las esencias ideológicas, hay que ser pragmático». Y puso como ejemplo las discrepancias, que mantenían y siguen manteniendo con el PSOE en muchas cuestiones, y que han seguido demostrando en los debates parlamentarios en las Cortes pero no les han impedido formar una coalición estable durante la pasada legislatura.

A juicio del presidente de CHA, la situación hasta el momento cumple sus dos principales mensajes desde la celebración de las elecciones: que primero toca hablar «de programa, no de sillones», y que no se forme un Gobierno de Aragón que incluya a la extrema derecha.

Para que esto pueda ser posible, animó a todas las formaciones (en este caso, a Podemos) a negociar con «responsabilidad y generosidad» para pactar una investidura basada en «prioridades programáticas», antes de entrar, ya en agosto, en la cuestión de la gobernabilidad. «No hay atajos, los aragoneses necesitan de la política», añadió.

VALORACIONES

Los grupos de la izquierda rehusaron valorar el acuerdo, desde el «respeto» a lo que cada formación haga, en el caso de Izquierda Unida. Por contra, la derecha no perdió oportunidad de dejar clara su postura al respecto.

El más comedido fue Vox, cuyo presidente provincial por Zaragoza y diputado autonómico, Santiago Morón, se limitó a indicar, sin conocer en profundidad el acuerdo de los socialistas con CHA, que «lo realmente importante sería el acuerdo entre PSOE y Podemos».

Más incisivo fue el presidente autonómico del PP, Luis María Beamonte, que indicó que «es el Partido Aragonés quien debe valorar este acuerdo, que el PSOE debe completar con Podemos para que Lambán asegure su único interés, el sillón del Pignatelli». A su juicio, el PAR debe explicar «si además de con la extrema izquierda está dispuesto a gobernar con una formación que no tuvo reparos en compartir coalición electoral en su día con Bildu».

El líder de Ciudadanos, Daniel Pérez Calvo, cambió de objetivo y, vía Twitter, consideró en referencia al pacto de Soro que «decir que la cosa no va de sillones, cuando el tuyo está asegurado -o al menos no te han vetado- es fácil. Lo que tiene mérito es lo de Podemos, que sumando casi los mismos escaños que CHA y el PAR juntos, se supone que ha de pagar la fiesta sin estar invitado al baile».