"Tengo buenas vibraciones". A primera hora de la noche, Antonio Piazuelo confesó a este diario que la de ayer podía ser una jornada mágica para el PSOE. Quizá era el único que, sobre las ocho de la tarde, confiaba en el milagro que se materializó horas después.

Y es que los socialistas aragoneses vivieron en un céntrico hotel zaragozano una noche similar a la de una botella de cava que se resiste a la presión y que tarda dos horas en descorcharse. Justo el tiempo desde que recibieron, con asombro y mucho esceptismo, los primeros sondeos que apuntaban a una victoria y el momento en que, pasadas las diez de la noche, el número dos federal confirmó el triunfo socialista. El anuncio público desató el júbilo. Se abrió la barra libre del hotel y los militantes y simpatizantes, entre besos y abrazos, dieron cuenta de los platos de frutos secos, patatas y aceitunas. "Mamá, hemos ganado", un joven socialista comunicó la noticia por teléfono a sus madre. Los chicos de las Juventudes Socialistas la tomaron con Alfredo Urdaci, el jefe de informativos de TVE. Aparecía en La Primera y la respuesta era la misma: abucheos y cánticos enviando a "Urdaci al paro". En medio del júbilo, salieron en la pantalla gigante Acebes y Zaplana. Gritos de "¡fuera, fuera y fuera! Tira para Valencia". A medianoche, muchos aún no se lo creían.